Vestía completamente de negro, pantalón, camiseta, zapatos, calcetines y una cazadora negra, incluso su interior era negro, un pozo negro y profundo, pero eso no podía verse a simple vista. No era más que una sombra, un lugar sombrío de una vida, no vivida.
Todo en él era oscuro salvo la piel. Su piel era blanca, con reflejos azulados, pudiendo llegar a ser traslucida en algunos puntos de su cuerpo. Hasta sus labios gozaban del color del marfil puro.
Un contraste de blancos y negros. Sólo sus ojos desentonaban en aquel binomio. No eran negros, ni blancos, ni tan siquiera grises, eran dorados. Unos ojos, no de un apagado amarillo, sino del color del oro, del color de la ambición y la riqueza.
Andaba sigilosamente por las calles a altas horas de la madrugada. Sus pasos eran rápidos y seguros, pero caminaba con cuidado ocultando su rostro a los pocos transeúntes que encontraba en su camino. Tenía una cita, y no podía llegar tarde, esta vez no.
Entró en un bar, pero no se detuvo en la barra. Siguió diligentemente por las escaleras hasta el segundo piso. Allí le aguardaba su cita ineludible y no era una persona paciente. Si se le podía llamar persona.
Abrió la puerta y lo encontró sentado tras su escritorio. Interrumpido en sus quehaceres levantó la vista, pero no estaba sorprendido de verlo allí, ni tan siquiera de su aspecto. Su rostro, se alzaba muy poco por encima de la mesa, y era como el de un cerdo. La nariz tenia dos enormes fosas nasales, su cara era rosada y oronda y sus ojos, demasiado juntos y pequeños, casi quedaban ocultos por sus voluminosos párpados, además era totalmente calvo.
Todo en él era oscuro salvo la piel. Su piel era blanca, con reflejos azulados, pudiendo llegar a ser traslucida en algunos puntos de su cuerpo. Hasta sus labios gozaban del color del marfil puro.
Un contraste de blancos y negros. Sólo sus ojos desentonaban en aquel binomio. No eran negros, ni blancos, ni tan siquiera grises, eran dorados. Unos ojos, no de un apagado amarillo, sino del color del oro, del color de la ambición y la riqueza.
Andaba sigilosamente por las calles a altas horas de la madrugada. Sus pasos eran rápidos y seguros, pero caminaba con cuidado ocultando su rostro a los pocos transeúntes que encontraba en su camino. Tenía una cita, y no podía llegar tarde, esta vez no.
Entró en un bar, pero no se detuvo en la barra. Siguió diligentemente por las escaleras hasta el segundo piso. Allí le aguardaba su cita ineludible y no era una persona paciente. Si se le podía llamar persona.
Abrió la puerta y lo encontró sentado tras su escritorio. Interrumpido en sus quehaceres levantó la vista, pero no estaba sorprendido de verlo allí, ni tan siquiera de su aspecto. Su rostro, se alzaba muy poco por encima de la mesa, y era como el de un cerdo. La nariz tenia dos enormes fosas nasales, su cara era rosada y oronda y sus ojos, demasiado juntos y pequeños, casi quedaban ocultos por sus voluminosos párpados, además era totalmente calvo.
Se encontraba envuelto en una nube de humo, que se desprendía del puro largo y grueso que desplazaba de un lado a otro de la boca.
El recién llegado se aproximó al escritorio, reprimiendo las nauseas que le provocaba su cercanía, y puso sobre él un documento firmado.
El otro interlocutor de ese diálogo mudo, lo recogió con sus gordas y pegajosas manos y lo selló sonriendo, como si se relamiera.
-¡Puedes marcharte!
Con sus tripas aun moviéndose inquietas por retener, lo que aun tuvieran dentro, se giró para largarse, pero antes de abrir la puerta, se paró y de espaldas dijo:
-Queda uno, sólo uno año y la deuda estará pagada. Sólo uno.
-Eso será si no vuelves a retrasarte- en su voz se notaba que deseaba, con todas sus fuerzas, que se retrasara de nuevo.
El recién llegado se aproximó al escritorio, reprimiendo las nauseas que le provocaba su cercanía, y puso sobre él un documento firmado.
El otro interlocutor de ese diálogo mudo, lo recogió con sus gordas y pegajosas manos y lo selló sonriendo, como si se relamiera.
-¡Puedes marcharte!
Con sus tripas aun moviéndose inquietas por retener, lo que aun tuvieran dentro, se giró para largarse, pero antes de abrir la puerta, se paró y de espaldas dijo:
-Queda uno, sólo uno año y la deuda estará pagada. Sólo uno.
-Eso será si no vuelves a retrasarte- en su voz se notaba que deseaba, con todas sus fuerzas, que se retrasara de nuevo.
Cerró la puerta tras de sí, mientras sacaba del bolsillo de su pantalón un papel antiguo, doblado y vuelto a doblar cien, tal vez, miles de veces. Ese era el motivo por el que llevaba treinta y dos años siendo el esclavo de aquel ser asqueroso, viviendo sólo para él. Ese maldito papel era el responsable de su estado actual, de la desintegración de su familia, de la perdida de sus amigos, y seres queridos, de su encierro y su desdicha. La venta de su vida... aquella hipoteca, era su condena. Era la causa de que su alma no hubiera podido descansar tras su muerte, el que le obligaba a satisfacer los pedidos de aquel ser ruin y traicionero, que desprendía aquel olor a azufre que le corroía el aire de sus pulmones. Por él había hecho cosas terribles, se había convertido en una sombra espeluznante, que aterraba a su simple paso. Y, en un futuro, tendría que dar cuenta de sus actos. Pero sólo quedaba un año, uno, y sería libre... entonces...
Hasta la próxima desconexión!!!!!!!!!!!!!!!
26 comentarios:
Hay alguien a quien no le de miedo su hipoteca?
Os imaginais esa cláusula que nos obligara a seguir pagando después de morir?
Aporveché Halloween para este escrito!
Besos feliz semana
niña, este relato sí que es terroríficooooo :P!! El de detrás de la mesa me suena ;). Besucos.
¿Y como vas a conseguir el dinero para seguir pagando una vez muerto?, ¿recolectando maná? jeje muy bueno este relato ;)
Saludetes!
esa foto me ha recordado a la peli de sin city...
Ay, por dios, mejor lo pienso dos veces antes de endeudarme!
joder q original... y q imaginación,... auqneu viene muy al cao vaya, me ha gustado.
Un abrazo compañera, me gustan tus desconexiones, q lo sepas!!!!
Le deseo a tu persnaje, de todo corazón, que le toque el Gordo de la lotería.
¡Mamma mía! Pobre... ¿hombre?
:P
Un beso que no tiene nada de aterrador. :)
Ni desconecto ni castigo...
Pasado un año... libre.
Sí. De ilusión se puede vivir. Pasado un año... ¿tenía todo los suficiente? ¿le faltaba algo más?
La vida es una acumulación de necesidades innecesarias.
Un beso.
Miedo me da leerte, CASTIGADORA. Esto de vender el alma al diablo creo que es un mal negocio... Un beso.
Quiero una cita para comer con esos dos personajes!!!
Lo que no sé es qué pedir para comer. Que asco!!
Muy bueno. Como siempre.
El dinero, siempre el maldito dinero.... el que nos amarra a todos, a ver si la loto se deja caer, y la hipoteca pa otro, je, je, muy bueno como siempre, besos
Ando perdida, desconcentrada, ensimismada…
Y no mentiré, tus escritos son para leer con mente y corazón así que los guardo en el reader y cuando este mas centrada iré por ellos.
Espero que mi sinceridad no te incomode… en el fondo nace como un halago pero todo depende de cómo lo sientas.
Muchos besos desde mi alma en calma.
CARLOTA: Sí creo que todos conocemos un poco a ese "señor"
Besos
CLODO: Tal vez no te pidan que pagues en dinero, puede que te pidan otra cosa!
Besos
MIGUELO: Pues la conozco pero no la he visto!
Besos
ARCÁNGEL: O mejor tres veces!
Besos
LUCHETE: Gracias compañero, a mi me gusta tu rincón!
Besos
MANDARINA: Creo que él también lo desea de todo corazón aunque no se si ya le queda de eso
Besos
ÑOCO: Creo que sus ojos nos dan una pista en relación a lo que comentas.
Besos
JORDI: No creo que la vendiera por gusto, pero la pregunta interesante sería a qué precio la vendió?
Besos
TETEALCA: Creo que lo único que no me provoca este escrito son ganas de comer, pero veré si puedo conseguirte el número. Ahora eso sí no te recomiendo hacer tratos con ellos
Besos
DARLING: Ojalá. Crees que si lo pido en la Carta a los Reyes me lo concederán?
Besoss
LIRIO: Para mí es un gusto que venga a verme aunque sea sin leerme. Cuando quieras o tengas ánimo mis relatos te esperan y sino te espero yo que es lo mismo.
Besos
Me pregunto si el señor cerdo estaría comiendo huevos duros.
Hay bancos que huelen a azufre, seguro.
Saludos
Ni pensarlo... me impresiona.
Te abrazo
MentesSueltas
MÖBIUS: Que imagen más desagradable visualicé! Hay bancos que huelen a asufre, porque si el demonio es el ser sin corazón que se alegra de lo malo que te pasa, un banquero es el que maneja el dinero, que de todos es sabido que no tiene corazón, y si no puedes pagarles a tiempo se alegra muchísimo con tu casa en sus cuentas.
Besos
MENTESSUELTAS: Bienvendio al blog! No te dejes impresionar!
Saludos
Este relato si que me ha dado miedo de verdad... los otros casi nada ... como en las pelis todo es mentira... pero este, este es cierto como la vida misma... firmas algo, cualquier cosa hasta el contrato de trabajo y pierdes la libertad y con ella la vida... pero vamos así mismo.
Aunque no lo queremos creer, porque la realidad es insoportable.
Bueno al menos cuando lo he leido ya había ganado Obama... la esperanza nunca se pierde jejeje.
Besos.
Que miedo me da...al menos le queda un añito, 365 dias...es el último esfuerzo.
Me encantó! (como sienpre)
VUELO LIBRE: Cada documento que firmamos es un renuncia a parte de nosotros, es lo que llamamos contrato, de eso entiendes a que si?
Besos
ELI: El último esfuerzo, pero después qué? Se repondrá de esto?
Besos
amiga...siempre te leo....pocas comento...es que siempre es lo mismo...me quedo embelesado...
y si...estoy menos...está sofía con conjuntivitis y anginas...
Jaja. Terrible y divertido a la vez. !Vade retro, Hipoteca¡
Besos
Hola castigadora
La hipoteca es la pesadilla que hoy por hoy tenemos casi todos, nos persige practicamente toda la vida y no nos deja disfrutar de otras cosas importantes como viajar, salir con los amigos, es una pena
Muy bueno como siempre besos
ILUSO: Nome digas pobrecita, espero que se ponga mejor pronto! Siendo ese el motivo de tu ausencia es comprensible, pero se te echa de menos.
Besos para ti y la peque.
HERMAN! Es terroríca!!!Cierto?
Besos
MATRIARCA: Es el yugo que nos asfixia y no podemos liberarnos!
Besos
La hipoteca es la metáfora kafkiana del mundo actual...
Los personajes me han parecido de película.
Un abrazo.-
Me encantó el relato, buenísima la forma y la narración, pues de vender el alma... yo paso. Saludes.
TRISTANCIO: Tengo un amigo que siempre dice que mis relatos son más un guión de un corto, así que creo que estaría de acuerdo contigo.
Besos
DELFÍN: Bienvenido al blog! Sí después de lo visto, creo que también paso de venderla!
Saludos
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