(Playa Misericordia, Málaga)
¡¡¡Hasta la próxima desconexión!!!!
Antes de salir el sol...
La playa de la Misericordia estaba desierta. No era extraño, aun no había amanecido, pero pronto se llenaría de bañistas. Pero él no estaba allí para darse un baño. Bueno tal vez, sí que estaba allí para ello. Sólo que su baño sería el último. Ella se había ido. Había sido culpa suya. Lo sabía, lo notaba, podía sentirlo en los huesos. Esos huesos que ahora mismo no lo sostenían.
Aquella playa era su preferida, allí se conocieron, y se enamoraron. Justo allí. Ahora ella no volvería a correr por esa orilla, no volvería a ponerle crema en su espalda. No podía creer que ya no lo acompañaría nunca más a ver la salida de sol sobre las olas de aquella playa. No podía aguantarlo, era demasiado, ella se apagó como el sol cuando se pone, y ahora su vida era un oscuro túnel. No había luz.
Se estaba despidiendo de todo, de su ciudad, de su vida, de sus amigos... deseando haber podido despedirse de ella. Se giró para dedicar una última mirada a la ciudad que les sirvió de escenario para sus encuentros, y entonces lo vio. Una señal. Ella le hablaba, estaba allí con él. Para que no pudiera olvidarla. Tal vez, para que no tuviera que olvidarla. Ella... con su mensaje desde donde estuviera...
Unas horas antes...
El conductor del autobús paró para recoger al único pasajero. Era el último viaje, antes de que se iniciara el autobús nocturno. La noche se había cernido sobre Málaga. Cuando compró el ticket, vio que tenía las manos manchadas de pintura blanca. No había nadie más en el autobús, así que pensó en entablar algo de conversación con aquel muchacho. Sentía curiosidad por sus manos, y su ropa. Además tenía una sonrisa triunfal en su cara, no cuadraba mucho con que hubiera estado trabajando hasta tan tarde. Comenzaron una conversación vacía, llena de tópicos, pero fue derivando hacía algo más... El chico le confesó que acababa de cometer un acto de vandalismo. Su novia lo había acusado de ser poco romántico, en multitud de ocasiones, él no era muy expresivo con sus sentimientos, y era muy malo con las palabras, así que pensó en hacer algo que pudiera hablar por él...
Después de amanecer en la playa de la Misericordia...
Los bañistas acudían sin saber que serían espectadores de primera mano.
Alguien había subido a la chimenea que se encontraba dentro de la playa y con pintura blanca había escrito MÓNICA, a lo largo de la misma. Nadie sabía cómo lo había hecho aunque suponían que había escalado. Tampoco sabían quién era Mónica, ni por qué alguien había grabado su nombre a veinte metros de altura, para que todos pudieran leerlo. Además habían encontrado un poema clavado en la misma torre...
A los pocos días...
-¿Habéis oído lo de “Torre Mónica”? Dicen que alguien lo escribió para su novia que acababa de morir en un accidente de tráfico.
-¡Qué dices! Me han dicho que es una declaración de amor.
-Ninguna de las dos cosas. Dicen que no hay señales de ningún tipo de que alguien haya escalado la torre. Fue un alma en pena que quería ser recordada.
-¡Sí claro!
-¿No me creéis? Mi vecino es policía y me ha dicho que han intentado borrar la inscripción y cada noche vuelve a aparecer, nadie sabe cómo, quién o por qué lo hacen... Estoy segura que es un fantasma...
El conductor del autobús sonrió para sus adentros, aunque el chico nunca le dijo que escribiera un poema... ¿sería verdad lo del alma en pena?
La dedicatoria del poema rezaba:
El amor tiene una forma especial de salvar a la gente que amó. Tú me salvaste, a pesar de todo. No te olvidaré... MÓNICA.
La playa de la Misericordia estaba desierta. No era extraño, aun no había amanecido, pero pronto se llenaría de bañistas. Pero él no estaba allí para darse un baño. Bueno tal vez, sí que estaba allí para ello. Sólo que su baño sería el último. Ella se había ido. Había sido culpa suya. Lo sabía, lo notaba, podía sentirlo en los huesos. Esos huesos que ahora mismo no lo sostenían.
Aquella playa era su preferida, allí se conocieron, y se enamoraron. Justo allí. Ahora ella no volvería a correr por esa orilla, no volvería a ponerle crema en su espalda. No podía creer que ya no lo acompañaría nunca más a ver la salida de sol sobre las olas de aquella playa. No podía aguantarlo, era demasiado, ella se apagó como el sol cuando se pone, y ahora su vida era un oscuro túnel. No había luz.
Se estaba despidiendo de todo, de su ciudad, de su vida, de sus amigos... deseando haber podido despedirse de ella. Se giró para dedicar una última mirada a la ciudad que les sirvió de escenario para sus encuentros, y entonces lo vio. Una señal. Ella le hablaba, estaba allí con él. Para que no pudiera olvidarla. Tal vez, para que no tuviera que olvidarla. Ella... con su mensaje desde donde estuviera...
Unas horas antes...
El conductor del autobús paró para recoger al único pasajero. Era el último viaje, antes de que se iniciara el autobús nocturno. La noche se había cernido sobre Málaga. Cuando compró el ticket, vio que tenía las manos manchadas de pintura blanca. No había nadie más en el autobús, así que pensó en entablar algo de conversación con aquel muchacho. Sentía curiosidad por sus manos, y su ropa. Además tenía una sonrisa triunfal en su cara, no cuadraba mucho con que hubiera estado trabajando hasta tan tarde. Comenzaron una conversación vacía, llena de tópicos, pero fue derivando hacía algo más... El chico le confesó que acababa de cometer un acto de vandalismo. Su novia lo había acusado de ser poco romántico, en multitud de ocasiones, él no era muy expresivo con sus sentimientos, y era muy malo con las palabras, así que pensó en hacer algo que pudiera hablar por él...
Después de amanecer en la playa de la Misericordia...
Los bañistas acudían sin saber que serían espectadores de primera mano.
Alguien había subido a la chimenea que se encontraba dentro de la playa y con pintura blanca había escrito MÓNICA, a lo largo de la misma. Nadie sabía cómo lo había hecho aunque suponían que había escalado. Tampoco sabían quién era Mónica, ni por qué alguien había grabado su nombre a veinte metros de altura, para que todos pudieran leerlo. Además habían encontrado un poema clavado en la misma torre...
A los pocos días...
-¿Habéis oído lo de “Torre Mónica”? Dicen que alguien lo escribió para su novia que acababa de morir en un accidente de tráfico.
-¡Qué dices! Me han dicho que es una declaración de amor.
-Ninguna de las dos cosas. Dicen que no hay señales de ningún tipo de que alguien haya escalado la torre. Fue un alma en pena que quería ser recordada.
-¡Sí claro!
-¿No me creéis? Mi vecino es policía y me ha dicho que han intentado borrar la inscripción y cada noche vuelve a aparecer, nadie sabe cómo, quién o por qué lo hacen... Estoy segura que es un fantasma...
El conductor del autobús sonrió para sus adentros, aunque el chico nunca le dijo que escribiera un poema... ¿sería verdad lo del alma en pena?
La dedicatoria del poema rezaba:
El amor tiene una forma especial de salvar a la gente que amó. Tú me salvaste, a pesar de todo. No te olvidaré... MÓNICA.
(Torre Mónica, Playa de la Misericordia, Málaga)
¡¡¡Hasta la próxima desconexión!!!!
14 comentarios:
¡Lo prometido es deuda!
Regresan los relatos...
Un beso para todos o mejor... ¡uno para cada uno!
• Bien que regresen los relatos. No sé si tendré tiempo de leerlos. Me voy a revisar todas las torres para descubrir que mensajes encierran. Tal vez haya uno para mi.
• besos, sin desconexiones.
CristalRasgado & LaMiradaAusente
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•
ÑOCO: Siempre habrá una que guarde un mensaje, ¿sabes cual? Un FARO! jeje.
Un beso
Lindo relato chingu, y esa foto de la playa se ve hermosa.
Gracias por compartir y volviendo a tus relatos un poco triste no?
Saludos desde la distancia mi querida amiga.
SEXYGIRL Debes saber que mis relatos casi siempre son tristes, melancólicos... por eso es un "negro rincón", pero alguna sorpresa feliz también habrá. Gracias por pasarte
Besos chingú!
Chica esto es un relato para el alma, me cautivo, yo soy una sentimental por los siete costados, y siempre creo en ese lado tierno de las personas, todos tenemos un corazoncito, aunque algunos de hielo, bonita foto de la playa de nuestra tierra, aunque tu no eres de aqui, pero ya casi tambien.
el muere al final? y como vio el poema, ya se queda.... desvelamelo anda.
sigo apostando por el amor que atraviea barreras... un 10 charlie
DARLING Ya sabía yo que te iba a gustar. Bueno no es mi tierra natal, pero casi que es lo mismo porque con la de años que llevo quí además es mi playa!! En la que estoy siempre, jeje. ¿Quieres saber si muere? Te dejo otra incognita: ¿De quién es el poéma? ¿Para quién? Uy uy!! Jajaja, Resolver incognitas no es lo mio, me gusta más crearlas.
Besos Charlie!!!!
Vuelo Libre: Nunca hubiera imaginado una historia tan negra del nombre escrito en esa torre. Solo se te podía haber ocurrido a tí jajajaja. No podía ser una historia romanticona típica sin más...jejeje tenias que hacer morir a alguien...jajaja. Muy bueno. Intrigadora máxima.
Besitos
VUELO LIBRE! La duda ofende, jejeje, como esperabas una historia así aquí. Si es que no vas a aprender. Además No me digas que ahora cuando vayas a la playa no te vas a acordar de mí, y de los chicos, Ah! Y de Mónica, jaja
Besos peque!
Hola castigadora
Muy bueno el relato, es una historia muy bonita. Ya era hora de que siguieras con historias asi
Me gusto mucho, sigue asi
Y regresas a lo grande, CASTIGADORA. Te felicito. Un beso y hasta pronto.
PETER PAN: Ya iba siendo hora de que reaparecieras eh!!! Un besito
JORDI: Gracias, siempre un placer que te guste.
Besos
Vaya con la Torre Mónica!
Como siempre, consigues poner los sentimientos a flor de piel. Me ha encantado.
Besos
RACHEL! Ahora la Torre te parece otra cosa no? Gracias!
Besitos
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