Paso por debajo de arco repleto
de flores que me da la bienvenida. El calor me golpea a pesar de que el sol
queda cubierto por el toldo en la calle principal. Hay cientos de humanos. Las
hembras llevan vestidos llenos de lunares y flores de plástico en el pelo. A
muchos de los varones les quedan cortan las chaquetas. Pero los especímenes que
más me interesan son los humanos más jóvenes. Van por grupos y visten camisetas
iguales. El grupo en el que centro mi atención, tiene una camiseta para varones
y otras para hembras.
En las de ellos pone delante: “No
me mires el culo”. En la parte de atrás pone “TÓCAMELO” Me acerco y descubro
que es parte de su ritual de apareamiento, y una competición. Se supone que si
una hembra les toca el culo suman puntos, si lo hace un varón resta. Creo que
está relacionado con el alcohol, algo sobre pagar las copas, pero no lo
entiendo bien.
Las hembras llevan camisetas
rojas que ponen: “Las chicas buenas van al cielo, las malas a la Feria de
Málaga”. Lo que me hace suponer que no debe haber ni una buena chica en esta
tierra. Las observo, pero parecen inofensivas. Me fijo en que todas llevan una
pequeña muñeca vestida con lunares prendida a sus generosos escotes. Me acerco,
pero tarde descubro que mi interés ha sobrepasado el límite, porque mi nariz
casi toca su pecho y antes de poder retroceder resuena como un látigo en mi
cara su mano. Me late donde me ha pegado. No sé qué come esta humana, pero casi
hace que el globo ocular izquierdo de mi disfraz de veinteañero salga despedido
calle abajo. Tengo que colocármelo con disimulo, mientras se va riendo. Las
hembras no son tan inofensivas como creía- pienso mientras me restriego la zona
dolorida.
Quiero integrarme así que copio
una de las camisetas. En dos minutos tengo cinco puntos. Mi parte trasera está
tan manoseada, que ni me doy cuenta cuando la chica del bofetón me da el sexto punto.
Sus rituales de apareamiento realmente son muy extraños.
Es hora de probar su bebida.
Preparan un raro mejunje. Pero lo más curioso es que lo están haciendo en un
cubo para fregar. Le ponen un polvo marrón, algo que llaman lima, limón y
alcohol blanco, ¡ah! Y unas hierbas que huelen bien. Vuelven a competir. Esta
vez por el sabor de ese oscuro líquido. No sé como sabe aún, pero uno de los
hacedores ha terminado en una fuente con agua estancada. Ha perdido. Todos
meten sus manos en el cubo junto con sus vasos de plástico. Es poco higiénico,
pero reconozco que el brebaje está bueno. Lo llaman mojito. No sé si es porque
todos se mojan las manos para obtenerlo del cubo, o porque el que pierde va al
agua. No lo sé. Me acercan un raro recipiente, al abrirlo huelo otro tipo de
alcohol, y dentro hay gominolas con forma de oso. Cojo una y la trago. Está fuerte y dulce al mismo
tiempo. Los dedos se quedan pegajosos. Esa viscosidad no puedo quitármela ni
metiendo las manos en el agua que se forma al derretirse los hielos de las
bebidas. Es una sensación asquerosa. Me pego en todas partes, pero aún así,
repito cada vez que me acercan el recipiente. Mi visión empieza a desenfocarse.
Creo que es lo que llaman estar borracho. Un buen momento para acercarme a
aquellos que acaban de decir que sus chistes sólo los entienden los borrachos.
Al ir hacía allí tropiezo con mis propios pies y acabo tocándole el culo a uno
de ellos.
-Acabas de restarme un punto- Se
ríe y como venganza me hace beber una copa de un trago.
El líder, que hace un momento
colgaba boca abajo agarrado al tronco de un árbol, decide que es el momento de
dirigirse a un lugar al que llaman pub. Nos vamos de expedición. Hacemos una
hora de cola frente al local. Entramos, pero la música taladra mis oídos. No sé
cómo estos humanos lo soportan. Los recubro con una fina película y continúo.
Está abarrotado. Todos sudan,
huele a alcohol, creo que es por su sudor. Alguien pasa a mi lado y dice:
“Estoy sudando Cartojal” No sé que es, pero debe ser lo que huelo.
En el pub hay más grupos de
humanos vestidos con similares camisetas. Puedo leer: “Si estás leyendo esto,
es que aún no hay suficiente gente en este local”. Me río. Creo que empiezo a
pillar los chistes de borracho.
Me llaman. He perdido la
competición, y me toca invitar a las copas. Espero que acepten la visa
intergaláctica.
¡¡¡Hasta la próxima desconexión!!!!
4 comentarios:
Alguien, con sentido común, de cualquier mundo extragaláctico, debiera advertir que las visitas a ese extraño planeta azul tienen un punto de peligro. Los seres que lo habitan todavía no son racionales.
Me ha encantado tu relato. Es una suerte que hayas vuelto.
· un beso, conectando
a ver si quitas esa verificación de palabras
te lo juro, no soy un robot.
· CR · & · LMA ·
Ñoco, como siempre me hacer reir. Y por eso. Claro que sí, di adiós a la verificación de palabras. Aunque esto se llene de spam.
Un gran beso
Jajaja eso me trae recuerdos!
Esperando la próxima deconexión!
Shion92001
¡Vaya! Bienvenida Shion92001 a mis "otros" dominios. Así que eres una pequeña alien que viene a vernos en feria no?
Un beso, y espero leerte más
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