Tras
subir un kilómetro de escaleras de madera, bordeadas por profunda vegetación
sin arreglar, ante los excursionistas hizo su aparición, al fin, la Ci En Pagoda. A esas horas
el sol ya arrasaba las cabezas locas que visitaban aquel templo sin considerar
su salud. La preciosa torre se imponía frente al empequeñecido tambor,
desafiándole con sus seis plantas de altura.
Los excursionistas tras mirar fijamente la
pagoda aceptaron el reto que les lanzaba, y con un "go, go, go"
avanzaron por las escaleras de caracol que les llevaría más cerca de lo divino,
donde con tres retumbantes golpes alejarán sus pecados. Cada planta una parada,
cada parada un recuerdo. El sudor va purificando sus cuerpos en el camino del
peregrino, como juegan a llamarlo.
Recibiendo las bendiciones, solicitando el
perdón y dando las gracias iniciaron el descenso.
Cuando pisaron la grava de la explanada,
el sonido que produce, y que al menos para uno de los exploradores siempre
resultaba mágico, los volvió a conectar a lo terrenal; pudieron sentir el calor
del mundo subir por las piernas. Era la hora de partir, no se veía a nadie en
aquel lugar que antes era sagrado y que ahora se llenaba de turistas con
cámaras y móviles, inmortalizadores de recuerdos digitales.
Algo no estaba bien, una extraña sensación
trepaba por sus piernas que nada tenía que ver con el calor ni con aquellos
insectos albinos que los rodeaban.
─Bajemos, es tarde y el calor aprieta.
Bajar la escalera no suponía el mismo
desafío así que aceleraron el paso, la incomodidad seguía allí. Tras el último
peldaño tampoco había nadie, ni turista, ni lugareño, la soledad sería absoluta
si no fuera porque ellos eran dos.
El miedo los sobrecogió cuando, entornando
los ojos frente al cartel, descubrieron que no habría un autobús hasta, por lo
menos, dos horas y media después. Instintivamente echaron mano a las botellas
de agua para saber cuánto les quedaba; la comprobación no fue muy halagüeña. Se
miraron sintiendo como sus gargantas se secaban.
─Qué no cunda el pánico, alguien debe
pasar por aquí. Además nos dijeron que cerca había una ruta de senderismo para
volver a la ciudad.
─Lástima no haber cogido un mapa de las
rutas, la vegetación es tan espesa que podemos perdernos con facilidad. Mejor
esperamos un poco a ver si pasa alguien.
Tras cuarenta minutos a pleno sol y
sentados en el abrasador asfalto la situación no podía mantenerse. Armándose de
optimismo y valor fingidos decidieron seguir el camino que parecía surgir del
bosque que había enfrente, no había mucho más donde elegir.
Tras andar escasos cinco minutos, detrás
de un recodo, vieron aparecer el templo Xuan Zang como si de un espejismo se
tratara, tan solo a cuarenta pasos de su desamparado lugar se hallaba aquel
hermoso y blanquísimo templo, con fuentes, plantas y árboles enormes.
Arrastrados por la energía de los rezos que se escapaban de entre las varillas
de incienso cruzaron el umbral. El arco rojo les daba la bienvenida y los
acogía a pesar de sus distintos credos, a pesar de que ellos agradecieron a
otro Dios su buena suerte, pero entre los dioses parece que existen menos
desavenencias que entre sus seguidores.
Una vez dentro un monje, calvo, sonriente
y todo vestido de gris les entregó, con ambas manos, un escrito envuelto en una
tela amarilla, y mediante el universal lenguaje de signos les indicó que lo
leyeran. Intentaron hacerle entender que no sabían chino, pero insistió,
quitándole importancia a ese detalle con su mano. Al desenrollarlo los
caracteres chinos se desvanecieron, transformándose en su idioma materno, por
lo que pudieron leer el mensaje con facilidad:
Todo el que consigue cruzar
su propio desierto vislumbrará el camino a una morada segura, y no será
importante qué mano sostenga el incienso que lo guió, ni bajo qué Nombre lo
hizo.
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PD Siento haber tardado, he estado liada jajaja.
¡Hasta la próxima desconexión!
12 comentarios:
El excesivo apego a la propia autoimagen lleva al miedo a que ésta se vea dañada, y este miedo, junto con la falta de confianza en si mismo, lleva a la hostilidad y a la severa autocrítica. Estas son las cadenas de las que debemos liberarnos.
Ando en eso
No es mio
lo copié y lo uso.
Ccon tus intensos y bellos
relatos
me haces pensar...
Son claros
palpitan
bajo tu pluma y tu desear
Abrazos intensos sin oscuridad
Recomenzar: No conocía la cita. Pero lleva mucha razón y además me siento identificada. No dicen eso de que: "Somos nuestros peores enemigos"
Gracias por tus siempre bonitas palabras. Besos
Quien aprenda a vencer sus miedos habra ganado una batalla, pero no la guerra.
Besos
Chaly Vivir es vencer batalla a batalla.
Un beso
Todo el que consigue cruzar su propio desierto vislumbrará el camino a una morada segura, y no será importante qué mano sostenga el incienso que lo guió, ni bajo qué Nombre lo hizo.
No es fácil
Todo se puede
Solo esperemos el momento de necesitar hacerlo y lo haremos
Mil abrazos
Tendrían que haber hecho el Camino de Santiago. Imposible perderse, lleno de servicios. Guay. Ir tan lejos no vale la pena.
Lo cierto es que todos permanecemos cruzando nuestros propios desiertos, sin estar seguros de que manos nos guían y, en muchos casos, sin importarnos ese Nombre que todo lo hizo. A veces, el final es el mismo desierto... lleno de espejismos. Uno de esos espejismos: la vida.
Un beso... sin desconectar.
· LMA · & · CR ·
Tu hermoso relato nos habla de muchas cosas, un deseo de purificación, de dejara atrás lo que nos atenaza.
Algo que se tuerce y que no teníamos previsto, la adpatación a las circunstancias en vez de perder las energías en lamentaciones inútiles.
La decisión de elegir un camino y la recompensa final. La experiencia vital.
Lo importante sigue siendo el viaje, no el destino.
La vida puede ser una aventura o no, sólo depende de nosotros.
Un beso,
Tracy. Gracias. Besos
Ñoco: ¿Te levantaste negativo? La vida no es un espejismo es un sueño, solo hay que tener el valor de no despertarse. Y te aseguro que viajar así de lejos mereció mucho la pena. ;)
Besos de cristal.
Tesa: Pues no podías haberlo expresado mejor. Lo importante es el camino, el destino solo es el final.
Besos
Boa tarde, é natural no ser humano sentir medo, o medo também significa responsabilidade, fazer um caminho e ultrapassar os obstáculos do mesmo, não é fácil, mas é possível atingir os objectivos.
AG
Existe siempre un lugar: Gracias por pasarte. Creo que es la primera vez que me dejan un comentario en portugués (léase, "encantadísima") Recorrer el camino no es fácil. Y si lo fuera sería mucho más aburrido.
Un saludo y gracias por leerme.
a vivir se aprende viviendo, no hay más.. equivocarse, caerse y levantarse.. y no dejar de intentarlo, claro ;)
Beauséant: Sin rendirse!!! Jajaja. Muy cierto.
Besos
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