domingo, 24 de octubre de 2010

ALIGERANDO PENSAMIENTOS


Sentía su cabeza muy cargada. Le pesaba. Sí, era exactamente eso, le pesaba sobre los hombros, la sentía abarrotada de pensamientos que, en ese momento, no necesitaba. Tenía que escribir un discurso y así no podría hacerlo bien. Debía centrarse. Apartar de su mente todo lo que sobraba.
Palpó con la mano derecha su cuello, y encontró una pequeña cadena de oro. Tiró de ella hasta que apareció una pequeña llave del mismo metal. Sonrió al verla. Ahora podría lograrlo. Se acercó al llave a la cabeza, a la altura de la sien y la rodeó, hasta la parte de atrás. Allí insertó la llave en una cerradura oculta por el pelo, y abrió su cráneo.

Con la mano izquierda hurgó en su cerebro y fue extrayendo lo que no necesitaba. Las preocupaciones por la crisis, fuera. Los problemas familiares, fuera. El encuentro con el oponente, fuera. Aquellos niños de las noticias, fuera. La muerte por violencia de género, fuera. Los accidentes de tráfico, fuera. Las pateras, fuera. Las colas frente a la oficina del paro, fuera. Las camas en los pasillos del hospital, fuera... Y así pasaron diez largos minutos.

Ahora sentía su cabeza mucho más despejada, listo para comenzar la tarea. Sí, ahora podría hacer otro discurso vacío, lleno de palabras, y más palabras, distanciado de la realidad social. Lejos de aquellos pensamientos, que le hacían doler la cabeza.

Hasta la próxima desconexión!!!!!

martes, 12 de octubre de 2010

MOMENTOS PARA EL RECUERDO


Era una mañana tranquila. La clase de la facultad estaba prácticamente vacía. Era uno de esos día, en los que los estudiantes se ponían de acuerdo para no acudir a clase, con la excusa de una huelga. Sin embargo, una decena de alumnos habían acudido a aquella temprana clase. El aula era aun más fría de lo normal, no sólo por la temperatura, sino porque el color gris de los pupitres restaba calidez al ambiente.

La puerta se abrió y el profesor entró. Era un profesor experimentado, cerca de sesenta años, un poco calvo, al igual que su apellido, con perilla pulcramente recortada y canosa. Al conjunto le acompañaban una gafas de pasta color marrón, todo un clásico. Vestía traje oscuro y mocasines. Todo lo que se esperaba de un profesor de derecho. Revisó la clase a través de sus acristalada mirada, sonrió levemente, y se dispuso a impartir su “lección”. Aquellos estudiantes, aquellos que se saltaron las reglas de la multitud, los que perseguían algo más allá, que pasar las horas en la cafetería charlando, sobre lo mal que el mundo los trataba, presenciarían una clase en al principio, les parecería decepcionante, luego una ridiculez, más tarde les divertiría, después les haría pensar y al final, sería uno de los mayores recuerdos de su paso por la facultad.

-Señores alumnos... son ustedes muy pocos. Debido a ello no avanzaremos en la materia establecida en el plan de estudios (DECEPCIÓN) En lugar de eso, quiero que me hagan una redacción- los alumnos se miraron unos a otros sorprendidos- el tema de la redacción es...¿Cómo amaneció ayer? Quiero que me describan cómo amaneció ayer- Sin más explicación repartió unos folios, de papel reciclado y se sentó frente a sus alumnos a esperar el resultado. Los futuros abogados no podían creerlo, “para eso se habían levantado temprano” para hacer ... eso. (RIDÍCULO)

Sin más, y acostumbrados a obedecer a los profesores cuando algo así surgía, sin pararse a pensar el motivo de aquella extraña petición, cada uno de los alumnos puso lo mejor de sí en pasar aquella, inesperada prueba. Empezaron a inventarse algo curioso sobre el amanecer, aunque todos coincidían en que había amanecido por el este como siempre. Algunos incluso concluyeron que cuando entraron, el día anterior, a la facultada, aun no había amanecido por lo que no podía responder a su pregunta. El tiempo transcurría entre alegatos inventados y chistes sobre la redacción (DIVERSIÓN)

El profesor dio por concluido el ejercicio y recogió los escritos. Se divirtió mucho leyendo las primeras líneas de cada uno. Para concluir que ninguno, se había fijado en como amaneció el día anterior.

-Señores tienen una gran capacidad inventiva, eso no lo niego. Pero nadie ha descrito como amaneció ayer. La mayoría han descrito cómo amanece cualquier día. Yo preguntaba por el día de ayer. Ayer el sol amaneció completamente rojo- hubo un gran silencio en el aula- ¿Alguna vez se preguntaron cúal debe ser la cualidad fundamental de un abogado para ser un “buen abogado”? es la observación, la capacidad de sorprenderse de maravillarse con cada pequeña cosa del mundo. Deben maravillarse por un hermoso amanecer, por cómo florecen las hojas de los árboles, porque nunca es igual al día anterior. Si no tienen la capacidad para observar el mundo, cómo podrán aplicar las leyes a su sociedad. Cómo descubrirán si hay alguna injusticia. Cómo sentirán empatía por sus clientes. (PENSAMIENTO) La clase termina aquí. Disfruten del resto del día.

No fue una lección que pudiera evaluarse, no daba puntos extra, no entró en evaluación, no sería materia de examen, incluso, fue motivo de burla durante bastante tiempo, porque el profesor Calvo, había estado “desvariando” durante una clase entera (RECUERDO).
Pero con el paso de los años los alumnos, los cuales todos, se graduaron en su año, aun contaban esa anéctoda, ninguno de los diez que asistieron fueron capaces de olvidar aquella palabras, y aunque ninguno reconocía el efecto que les producía y lo ocultaban con bromas.. fue un momento para el recuerdo. Profesores que son capaces de tocar tu mente o tu corazón por un instante, dejando huellas imborrables.

PD Dedicado a todos los profesores que se han venido a la mente del lector al leer este relato.

Hasta la próxima desconexión!!!