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viernes, 15 de febrero de 2008

"EL HOMBRE DE LA VOZ EN GRITO"


Estaba sentada en la oficina, como siempre, esperando que el torbellino saliera de su despacho y empezara a despotricar, a diestro y siniestro, órdenes confusas, sin sentido, ni concierto, errando en los nombre, direcciones, cantidades, lugares, y un largísimo etcétera, que no podía ni llegar a enumerar, para luego negar haber cometido si quiera uno sólo de esos equívocos. Pagaba mal y tarde, y su humor, más que malo, era inexistente. Pero no podía dejar el trabajo, la cosa no estaba como para mandarlo todo a freir monas.

Esa era su rutina, cuando "el hombre de la voz en grito" salía del despacho comenzaba su agonía diaria.

-¡Esto no es lo que dije que pusieras!!!!!
-¡Te has equivocado, cámbialo!!!!
-¡Pero cómo has cometido este error, llevas veinte años conmigo y aun no aprendiste nada!!!!

Y así continuamente, normalmente, diariamente. Hasta que un día, un día cualquiera, no diferente a ningún otro. Estaban solos en la oficina, se quedaban hasta tarde, como no, los horarios tampoco eran respetados.

"El hombre de la voz en grito" no tenía un buen día y lo pagaba con ella.

No podía soportarlo, a veces se despertaba en mitad de la noche imaginando, que llegaba tarde a una cita, o que el plazo para entregar un escrito se había pasado, que se cofundía en un documento importante, y volvía a oir su nombre retumbar en las paredes amarillas del despacho, haciendo vibrar los cristales de las ventanas. No tenía insomnio, pero, en ocasiones, rezaba para estar un par de noches en vela.

Aquella noche (porque se les hizo de noche, otra vez) no pudo aguantar más sus quejas sin sentido, sus amonestaciones, ni sus gritos, todo era un drama para él, estaba llegando a su límite, ella lo sentía por dentro....
-Otro grito más y me levanto y me voy, ¡no puedo seguir así!!
- ¡Ves!!!!!! Ya sabía yo que te equivocarías, ¡¡¡es que no se cómo te aguanto!!! Nunca vas a aprender, estoy cansado de decírtelo.
-¡¡¡¡Ya esta bien!!! Déjeme en paz, estoy harta de que me chille, ¡¡por qué no se calma y dice las cosas como las personas normales!!
-¡¡¿Cómo te atreves?!! Tú a callar y a copiar que es para lo que vales. Bueno en realidad ni para eso vales- dijo, mientras sonreía de lado, con su aire de superioridad aflorando por todos los poros de su cuerpo, desprendiendo todo su arrogancia-
¿Quién se ha creído que es?

No sabía como pasó, simplemente, su mano lo hizo sin permiso. Ella era espectadora de su propio espectáculo, estaba fuera de su cuerpo, no reconoció sus dedos cuando aferraron el abrecartas, en forma de puñal, que su compañera tenía en el lapicero, y se giró bruscamente, clavándoselo en el cuello, ahogando el último grito. De repente la escena cambió, la sangre salpicó despertándola de su ensueño, y todo el peso de lo que había hecho se le vino encima. Los papeles dejaron de ser blancos, ligeras gotas ensuciaban su pureza. Se esparcía por la mesa la sangre que se escapaba a borbotones del cuello del jefe, que ya no podría chillarle nunca más, había silenciado, al fin, su voz.

Toda la vida se le escaba río abajo, por el traje, los zapatos, el suelo. Cada vez que quería hablar y hacía el esfuerzo necesario para pedir ayuda, su sangre se agolpaba en la herida y salía con un ruido... chof, chof, desagradable a la vez que siniestro. Todo ocurrió muy rápido, pero para ella el tiempo pasaba muy despacio, parecía que llevaba horas allí plantada, viendo como el cuerpo se iba escurriendo hacia el suelo. De pronto, la mano la aferraba del brazo, apretándola fuerte, quería gritar que la soltara, pero la voz no le salía del cuerpo, se intentaba desasir de la mano que la sujetaba y tras un movimiento brusco...

-¡¡¡Pero que pasa!!! que te estoy dictando ¡¡¡se puede saber en que piensas!!!! Es que no puedo entender como aun sigo trabajando contigo cada día que pasa eres más inútil!!!! Deja de pasear por la nubes y trabaja un poco, ¡¡¡por favor!!!!!
-Si- Aun estaba aturdida, ¿Qué había sido eso? No estaba durmiendo, eso lo sabía, pero tampoco había ocurrido de verdad, ¿se estaba volviendo loca?
- Pero ¿¿se puede saber qué te pasa??? Vas a volver del "país de los lelos" que es donde estas instalada
Entonces lo supo,... no había sido un sueño (mientras, más gritos de fondo) Tampoco había pasado (¡¡¡ohhhh, me están dando ganas de estamparte contra la pared!!!!! quieres copiar lo que digo) había sido una visión, sí eso era, era una....
En ese momento, desvió su mirada y la clavó en el abrecartas que estaba en el lapicero de la mesa de su compañera, sonrió, lo cogió con su mano derecha y ...

Este relato esta dedicado a la "Petarda", porque me lo inspiró y para que tenga paciencia con su jefe y pueda aguantar sus manías e impertinencias, con una sonrisa, y por supuesto, aparte de si los abrecartas, no vaya a ser que la tentación llame a su mente.

Hasta la próxima desconexión!!!!!