lunes, 28 de septiembre de 2009

MÁXIMAS DE CONFUCIO


Supongo que sabréis que hoy es el aniversario de CONFUCIO (Que no?, son fechas que todo el mundo conoce!! ja) En conmemoración quería trascribir sus máximas. Que quieren que les diga, es que hay de todo un poco. Los que me leen a menudo, saben que es para mi una debilidad "coleccionar" reflexiones, frases, refranes... que me hagan pensar un poco, que me hagan reir, con las que estoy de acuerdo, con las que me indigno... Es una búsqueda de palabras que se entrelazan para formar, un pensamiento, un consejo, un recuerdo. Hoy las máximas de Confucio, me traen sentimientos encontrados.

Espero que las disfruten.


1"Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, reflexiona." (De los primeros a ver si ves alguno, de los segundos, nos pasaríamos la vida reflexionando no? Ojalá!)

2"Lo escuché y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí." (Recuerdos: Mi profesor del colegio siempre nos lo decía)

3“Leer sin meditar es una ocupación inútil" (Sería bonito, si dejaramos de leer como papagayos, y pensaramos lo que estamos leyendo, ¿a quién no le ha pasado eso?)

4"El hombre superior gusta de ser lento en palabras, pero rápido en obras" (Los que hacen el metro en mi ciudad no deben ser hombres superiores)

5"El mejor indicio de la sabiduría es la concordancia entre las palabras y las obras" (Que bonito aspirar a eso, no? Alguien conoce a un político que sea sabio?)

6“El hombre más noble es digno, pero no orgulloso; el inferior es orgulloso pero no es digno” (Y yo que pensaba que era orgullosa y lo que soy es digna, ja)

7“Transporta un puñado de tierra todos los días y construirás una montaña”
(Esto es como el que arrastra un problema, todos los días hasta que lo convierte en una obsesión, no? Versión positiva: Trabaja poquito a poco todos los días y conseguiras algo grande. Esto es por lo que me gustan estas frases)

8"Si un pájaro te dice que estás loco, debes estarlo, los pajaros no hablan" (Esta me encantó. Siempre me dijeron que si tres personas te dicen lo mismo debe ser cierto, pero si te lo dice un pájaro, con uno basta, no?)

9"Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada vez que caigamos" (Y mira que es difícil. Esto me recuerda aquella frase: La huida nunca nos lleva a ninguan parte)

10"Los que respetan a los padres no se atreven a odiar a los demás" (Ojalá todos memorizáramos esta frase)

11"Las atenciones a los padres son en vida porque después sólo queda el culto" (Esta me dejó sin palabras. Que vuelva a respetarse a los padres es algo que tenemos pendiente)

12"Esperar lo inesperado. Aceptar lo inaceptable" (Esta frase realmente se percibe en un Juicio, en un Juzgado dos más dos nunca son cuatro)

13"Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente." (Es una descripción de mi familia, jaja, sobretodo en lo de hijo obediente)

14"Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos" (Esto lo aprendemos todos con los "palos que nos da la vida" a que si? ¿Es pura desconfianza?)

15"Estudia el pasado para pronosticar el futuro" (Estate atento!!!)

16"Lo prudente no quita lo valiente." (Además, ayuda a no meter la pata)

17"El hombre sabio busca lo que desea en su interior; el no sabio, lo busca en los demás" (Y cuanto más nos fijamos en los demás más infelices somos)

18"No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, ni te hagas a ti lo que no le harías a los demás " (Esta frase, debería ser un mandamiento, se evitarían tantos daños)

19"El campo es la fuente de toda la riqueza humana." (Sobretodo campos como el Bernabeu o el Camp Nou, no?)

20"No te rindas nunca si quieres volver a casa" (Eso es lo que deben decirles a los ciclistas para conseguir que estén seis y siete horas corriendo encima de una bici, porque sino no lo entiendo)

21"Sé como el sándalo que perfuma el hacha que lo corta" (Dicen que no hay nada que moleste más que ser amable con quien te odia)


Es una interpretación relajada y medio en broma de lo que pensaba Confucio, se admite toda clase de interpretaciones!!!!


Hasta la Próxima desconexión!!!!!

sábado, 19 de septiembre de 2009

ENTREVISTA (II)


-“Realmente quería poder explicarlo mejor pero, no hay palabras para expresar lo que sintió mi cuerpo, cuando comprendí que estaba enterrada en vida. ¿Sabe el terror que invaden tu cabeza cuando descubres que un edificio entero descansa sobre tu cuerpo?
Me temblaban las manos, y las rodillas, el corazón me latía en la garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas. No había muerto y no sabía si aquello resultaría peor.
¿Cuánto podía aguantar allí? ¿Estaba sola, como parecía? ¿Me encontrarían a tiempo? Es más ¿me estaban buscando? ¿Podía alguien encontrarme en aquella situación?"

Su respiración empezó a ser de nuevo agitada y de sus ojos, completamente muertos, se desplomaron dos lágrimas, largo tiempo contenidas en la curvatura de sus párpados, pero su expresión seguía siendo lejana, ausente. Parecía que su cuerpo reaccionaba por sí sólo, independiente de su mente.
La entrevistadora no sabía que decirle, estaba empezando a calarle aquella historia.

-“Mis ojos fueron acomodándose a la falta de luz, mis pulmones se esforzaban por respirar aquel aire viciado, el gas había escapado de algunas tuberías y el polvo se colaba en cada respiración, rellenándome por dentro de residuos que pesaban en mi interior.
No podía oír nada salvo mi corazón desbocarse, nadie me acompañaba en mi agonía, estaba tan... desamparada, tan asustada... tan histérica ante lo que me esperaba... Pasaron varias horas, no sé cuantas, porque para mí el tiempo ya no tenía sentido, antes de que deseara ser alguna de aquellas personas cuya voz ya se había apagado. Si tenía que morir ¿por qué así? ¿Por qué aquella tortura?
Sentía como mi cordura empezaba a saltar como un cristal bajo presión, justo en aquel momento desee que se acabara allí, en ese instante. ¿Alguna vez has deseado la muerte, de verdad, con ansias, con desesperación, alguna vez?- y susurró para si- Lo hubiera hecho si hubiese podido mover mi cuerpo..."

La periodista no podía no responder, tenía un nudo en la garganta del tamaño de una naranja. Decían que la privación sensorial, que practicaban algunas agencias contra los terroristas podía equipararse a lo que sentían los enterrados en vida, si era así, era una tortura atroz, no podía ni imaginarlo...

-“A todo aquello, no poder prácticamente respirar, no poder moverme, sentirme totalmente privada de mis sentidos, y la enormidad de la soledad; se unía que no podía soportar la sed. Obviamente no había agua, ni nada parecido cerca de mí. Mis labios estaban secos, y empezaban a cuartearse debido a la falta de hidratación, así sabía que el tiempo iba pasando ¿cuánto tiempo es necesario, para que se agrieten los labios por falta de agua? Tampoco ayudaba que mis ojos se estuvieran desbordando a cada rato o el hecho de haberme desahogado sobre mis pantalones cuando había despertado en aquella tumba improvisada.
El ambiente, aceleraba mi necesidad de beber. Quise perder la consciencia, dejar que mi mente vagara a la deriva, perderme en algún rincón oculto, que me ayudara a dejar de lado las sensaciones, hasta que todas ellas desaparecieran para siempre, ¿cuánto podía quedar?"

-Pero hoy estás aquí, cuéntanos como fue ese momento- la recomendó la periodista, haciendo un esfuerzo por tragar saliva, pues su garganta, inexplicablemente también se había secado.

-“Es sorprendente que no pueda recordar claramente, esa parte. Hay pocas cosas que recuerde de esos momentos”

-Dinos que es lo que recuerdas.

-“... Se oían golpes... de repente... en medio de la nada que me rodeaba se empezaron a oír golpes. Me despertaron de mi letargo. En un primer momento no pude reconocer el sonido, no sabía que eran, mi mente reaccionó antes de que me diera cuenta. Intenté gritar, pero mi fuerza hacía mucho tiempo que me había abandonado, no podía ni separar los labios. El mero intento me hizo sentir dolor. Recuerdo que mi agotamiento mental y físico era tal que pensé que se trataban de alucinaciones. “Al final había perdido la cabeza” y lo cierto es que no me importaba. Me abandoné.
Comenzaron a llegarme voces, pero seguía pensando que todo era irreal, mentira. Una luz golpeó mi polvoriento rostro, pero mis ojos seguían cerrados. “Sólo era mi imaginación”.
Mi cuerpo se liberó del peso que lo oprimía y lo sentí ascender, de repente me alegré. Había llegado mi hora, me estaba yendo, el silencio había vuelto. Pero..."

Su silencio se prolongó por unos minutos, y su compañera televisiva tuvo que provocar nuevamente la continuación de su relato...

-“De repente... el silencio... se rompió... no eran golpes o voces extrañas a mí alrededor, sino que fue un sonido totalmente diferente algo que no esperaba, lo que consiguió sacarme de mi catatonia"

-¿Qué oíste?- La presionó nuevamente, iba a sacarle hasta la última palabra. Ya no importaban las lágrimas vertidas, ni el estupor que le había creado aquella historia, sólo el final era importante, el resultado...

-“Aplausos”

-¿Perdona? ¿Qué fue lo que oíste?- estaba desconcertada.

-"El silencio se quebró y se oyeron... aplausos..."

El periódico de aquel día decía:

Finalmente, se ha liberado el cuerpo de una joven de veinte años de los escombros, tras veintidós horas sepultada. Estaba tan débil y deshidratada que los equipos de rescate no pudieron comunicarse con ella. Sus signos vitales eran apenas perceptibles. Se vivió un emotivo momento cuando los espectadores del rescate iniciaron unos respetuosos aplausos por la labor realizada por los bomberos y médicos con el fin de obtener el rescate de aquella mujer...


Hasta la próxima desconexión!!!!!!!!!!!

sábado, 12 de septiembre de 2009

LA ENTREVISTA (I)



...

-¿Quiere que lo explique con palabras?- sonrió, con cansada ironía, la chica sentada en aquel rojo sillón de terciopelo.

-Bueno, sé que es difícil, pero ¿podrías intentarlo? Nuestra audiencia quiere conocer cómo te sentiste- la entrevistadora fijó con avidez sus ojos en aquella joven mujer. Esta entrevista iba a producir una cuota de pantalla magnífica. Empezaba a relamerse.

Los ojos de la entrevistada se volvieron opacos, sin vida. Parecía que al intentar recordar se quedara vacía, hueca. Ojalá fuera así, pero la única manera que había logrado recordar aquellos momentos, sin volver a sufrir un ataque de pánico instantáneo fue cuando empezó a distanciarse de si misma, cuando empezó a salir de su propio cuerpo, para verse desde fuera. Ahora era su propia espectadora.

-“Aquella mañana había ido al centro comercial. No tenía nada planeado, nada especial, sólo dar una vuelta, pero...”

-Sí, continua, por favor.

-“Cuando estaba en una de las tiendas, las luces comenzaron a temblar, pagándose y encendiéndose continuamente- su voz sonaba distante, monocorde, incluso parecía venir de muy lejos- creía que era un simple fallo eléctrico hasta que finalmente se apagaron. Todos estabamos algo desconcertados, y poco a poco, el temor se expandió. No había motivo para el pánico, pero algo en el ambiente estaba tenso, podíamos notarlo. Todos...
En un segundo el suelo empezó a moverse bajo mis pies y no me sostenía. Me sentía mareada y me desplomé al suelo. Mi mente no alcanzaba a darle sentido a lo que estaba pasando.
Trozos de pared resquebrajándose. Partes del techo viniéndose sobre mi cabeza, tuberías de agua que saltaban como cuerdas demasiado tensas, que se partían inundando la planta. Cristales cediendo en mil pedazos. Ruido, montañas de ruidos, metálicos, sordos, agudos, ensordecedores, pero sobretodo humanos. Gritos, que taladraban mis oídos, llantos, súplicas, gritos de dolor y miedo cada vez más altos, aumentando, cada vez más voces se unían a la locura de aquellos instantes.
Y yo,... seguía allí, tirada en el suelo, sin poder moverme, sin poder pensar, paralizada por dentro y por fuera...
Más ruido, más, más... hasta que llegó a ser casi era inaguantable.. Ahhhhhhhhh"-
gritó tapándose los oídos como si no pudiera soportarlo...

La periodista estaba impresionada, a pesar de que la historia la apenaba, ésta era su oportunidad de conseguir reconocimiento y no la dejaría escapar.


-¿Estás bien? ¿Necesitas agua? ¿Quieres un descanso? ¿Puedes seguir?- aquella era la pregunta crucial. La chica levantó su rostro hacía ella, inexpresivo. Ni siquiera estaba segura de que la viera, allí sentada frente a ella. Aquella persona ahora mismo era una cáscara vacía.


-“De repente- continuó en un susurro- todo estaba oscuro, polvoriento, pero, por encima de todas las cosas, estaba completamente en silencio. No podía oír nada. Absolutamente nada... Porque el edificio yacía derrumbado encima de mí. Estaba atrapada por toneladas de escombros, piedras, metales, cables,... Atrapada y sola, a oscuras y en silencio. En total silencio..., en un silencio oscuro como la noche. La noche, asfixiante, que me rodeó, en mitad del día”.

Con sus ojos aun más brillantes le dijo

- Cuéntanos ¿Qué pasó después?...

Y ella continuó su claustrofóbico relato...


Hasta la próxima desconexión!!!!!!

martes, 1 de septiembre de 2009

LA PRINCESA Y LA ROSA


La princesa estaba en pie en el centro del gran salón. Toda la Corte mantenía un tenso y prolongado silencio. Estaban a la espera de lo que iba a anunciar.
No podía seguir retrasándolo por más tiempo. Todos en el reino esperaban su desposar, pero a pesar de los numerosos pretendientes ella no aceptaba a nadie.


Hoy era el día. El rumor había cundido de boca en boca por toda la capital. Se insistía en que la princesa pondría a prueba a sus posibles esposos y debería decidir en una semana, como máximo, quién sería el futuro Rey.
La protagonista de aquel rumor, estaba insegura. No se trataba de inmadurez, caprichos egoístas o simplemente orgullo. No, era algo más sencillo. No conocía el amor. No deseaba casarse en semejantes circunstancias, pero el reino lo había exigido y se debía a él. Su privilegiada posición le requería sacrificios, y éste era uno de ellos. No podía huir.

Su esbelto cuerpo resaltaba entre la multitud congregada. Levantó una mano. En ella sostenía una hermosa y temprana rosa blanca.

-He aquí el rival que deberéis vencer para convertiros en Rey- el silencio se expandió como reguero de pólvora.


- En una semana aquel que consiga transformar esta rosa blanca en una rosa roja será llamado Mi Rey.


Los sirvientes repartieron una rosa a cada príncipe. Todos estaban sumamente desconcertados ¿Cómo era posible transformar aquella rosa? ¿Era esta una artimaña para evitar el compromiso? Pero ninguno de los competidores quería desmerecer ante los demás, por lo que asumieron el reto y se marcharon a meditar una posible solución que les acarreara un reino..........



Los días fueron pasando y los príncipes no aparecían. Todo el reino estaba ansioso por conocer las buenas nuevas.


Cada uno de los pretendientes fue llegando al castillo. Se acompañaba su entrada con música, vítores, bailes y todas las demostraciones de alegría que las gentes fueron capaces de realizar. Sin duda era una gran fiesta, para los habitantes de reino.


Había un gran contraste al acceder al Gran Salón, puesto que allí el silencio era atronador. Nada, salvo el respirar de los reunidos, podía oírse en la inmensa sala.

Uno a uno los príncipes avanzaron ante la princesa.


El primero de ellos, había pintado la rosa con una delicada pintura roja, pero a consecuencia de ese baño de color la rosa se marchitaba rápidamente. La cara de la princesa reflejó el horror que aquella visión le provocaba. Se enfureció y lo echó del reino. ¿Cómo se le había ocurrido destruir su hermosa flor de aquella manera? ¿Es que no le importaba aquel sacrificio? No, no podía ser el rey. Varios pretendientes más abandonaron el Salón puesto que habían compartido la misma resolución que el anterior.


El segundo que se atrevió a enfrentar a la princesa había cubierto la rosa con un tul rojo. Ella le agradeció que no hubiera lastimado la flor, pero aquello sólo era una apariencia, un engaño.
- No busco un Rey “en apariencia Rey”, sino uno que lo sea realmente - No podía aceptarlo.
Lo rechazó amablemente.


El tercero colocó unas lentes tintadas, sobre su rostro, y luego le mostró la misma rosa blanca. Ella sonrió ante la ocurrencia, pero tampoco lo aceptó.
-Éste es un bello truco, pero con él sólo yo puedo ver la rosa roja, y no busco un Rey que se comporte sólo ante mí como tal, sino uno que pueda ser apreciado por todos los habitantes de mi reino-.


El cuarto de los príncipes le enseñó la rosa blanca, y la hizo desaparecer entre sus manos, en su lugar apareció una hermosa rosa roja. Se postró ante sus pies y se la entregó.
-Estimado Príncipe- le dijo obligándole a levantar la vista hacia su rostro- La magia ha sido muy emocionante, pero ésta no es mi rosa, sino otra diferente, sólo la cambiaste por una nueva. Yo no deseo un Rey que pueda cambiar tan fácilmente, sino uno que sea justo, firme e inmutable cuando sea necesario-.


El quinto aspirante trajo dos mil rosas rojas y se las ofreció.

-Si tanto os gustan las rosas rojas ¿Por qué conformarse con una rosa roja si puedo entregaros miles?
-Porque sólo necesito un Rey, y no miles, mi estimado príncipe.

De este modo fue despachando a cada uno de los candidatos. La Corte empezaba a desesperarse. No encontrarían un Rey, si su actitud se mantenía.


El último de los príncipes que tuvo el valor de aproximarse a la princesa, le mostró la flor inmaculada. Se acercó más a ella, tomó su mano y se la devolvió:
- ¿No has podido transformarla?- su expresión era cautelosa.
- Ni tan siquiera lo intenté- respondió altivo el príncipe. Ella sintió como si la desafiara.


Ella estaba desconcertada y también algo desconcertada ante su inexpresivo semblante. Había un hecho que no encajaba ¿Había realizado todo el viaje para, simplemente, devolverle la rosa?


- ¿Cuál es el motivo de tu asistencia en el Gran Salón, entonces?
- Casarme con la princesa, por supuesto.


Aunque trató de disimularlo la sorpresa cubrió todos los rasgos de su rostro, por una fracción de segundo.


-Para ello debes transformar la rosa- dijo tercamente, intentando adivinar qué juego era el que aquel príncipe traía entre sus manos.
-Mi princesa- dijo utilizando el posesivo de manera especial- ¿para ganar tu corazón debo sacrificar una hermosa rosa? Tal vez lo hiciera por eso, pero no para ganar tu reino. ¿Acaso debe perecer mi rosa como la de los otros príncipes? ¿Ese es el Rey que buscáis? Que interponga sus intereses al de la “rosa”- acabó su frase en tono burlón.
-Ya demostré que no. No debes dañar la rosa- se indignó.
-¿Deseas entonces que me convierta en una mago, en un embaucador, un farsante, como los otros príncipes y trate de engañarte?- lanzó una sonrisa muy significativa al resto de los príncipes.
-No por supuesto. Todos ellos fueron rechazados.
-Entonces ¿por qué pides un imposible? ¿Por qué has provocado este revuelo?


Ella no quería responder aquella pregunta. Se sentía acorralada, y no le gustaba esa sensación. Además no sabía que pretendía realmente aquel extravagante príncipe y eso la tenía tan tensa como la cuerda de un arpa.


-De acuerdo, sino queréis dar a conocer vuestros motivos. Decidme entonces que clase de Rey queréis para vuestro reino, y sus súbditos.
-Acaso ¿queréis uno valiente?-
continuó.
-Sí.
-Aquí hay muchos valientes. ¿Queréis uno inteligente?
-Sí
-Aquí también los hay valientes y los habéis rechazado. ¿Deseáis que sea justo y honrado?
-Por supuesto
-También los había entre los presentes ¿Qué es lo que les fallaba, entonces?


La princesa realmente no lo sabía. Sólo sabía que no eran ellos. Ninguno había conseguido transformar su rosa. Su cabeza empezaba a ofuscarse. Estaba alterada y quería acabar con aquello de una vez.

-Tal vez ¿busquéis un Rey que os ame?
Finalmente no supo qué contestar a aquella pregunta. ¿Quién era aquel príncipe? Tan impertinente. Tan frustrada se sentía, que incluso estaba enojada.


-¿Es posible que “queráis uno que sea capaz de dar su sangre o su vida por su princesa y su reino?
Tras meditar durante un espacio considerable de tiempo, dijo:


-Sí.
-Pues ese soy yo
.


El perseverante candidato sacó un cuchillo de entre su ropa y se hizo un corte muy profundo en su mano izquierda. La princesa dejó escapar un grito ahogado y dio un paso atrás; pero él la sujetó con su mano sana. Aferró la muñeca de la princesa, y aproximó la rosa que ella aun conservaba en su mano. Tras lo cual dejó caer la sangre de su herida sobre los pétalos de la tan citada rosa blanca.


La princesa dejó escapar una lágrima cuando alzó su vista desde la rosa al rostro del príncipe y le suplicó que se detuviera, pero él no la escuchó, apretó su mano un poco más para que la sangre cayera más aprisa hasta que cubrió cada resquicio de la flor. Entonces aflojó la presión que ejercía sobre la muñeca de ella y la soltó.


Su llanto había empeorado sin que apenas pudiera percibirlo


- ¡Basta!- gritó.


El príncipe se apartó. Toda la audiencia estaba en silencio después del altercado. Ella sintió su ropa húmeda por el llanto y descubrió que sus ojos se habían convertido en ríos de lágrimas, que habían empapado por entero su vestido. En ese instante rasgó su salada vestimenta y vendó la mano herida del príncipe.
Él sonrió:


-Ahí tenéis vuestra rosa roja, “mi princesa


Ella se giró y la contempló. Era cierto. La rosa estaba completamente transformada.

La boda se celebró poco después.


Cuenta la leyenda que aquella rosa fue plantada nuevamente y que jamás se secó. Todas las rosas que la rodeaban se volvían rojas y en poco tiempo todo el jardín del palacio lucía carmesí, pero ninguna otra pudo, nunca, igualar el color de aquella sangrante rosa primigenia.


Hasta la próxima desconexión!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

(De regreso de las vacaciones, que faltan que hacían eh?)