miércoles, 14 de octubre de 2009

ANIVERSARIO DE SECRETOS



Hoy (14/10/2009) hace dos años que se abrieron las puertas de esta pequeña casa de crujidos en mitad de la noche, de aires con fragancias especiales, de sonidos atemorizantes, de cuentos y cuentistas, de pequeños seres que luchan por salir a flote.


Hoy este blog cumple dos años. Y aunque al principio, su existencia no estaba predestinada, de la loca contribución de un amigo, se fue desarrollando este pequeño rincón de desahogos y desconexiones.
Aprovecho la ocasión para contestar un post que mi amiga “más de mí que de... lirio” me ha dedicado, en parte, en su maravilloso mundo de espejos. Ella escribía que deseaba conocer secretos de algunos de sus amigos blogger. Y más concretamente decía así:


De Castigadora (quiero conocer) su hechizo secreto para emocionarme escriba de lo que escriba. Por supuesto, a parte de agradecerle enormemente, lo que dejan entrever estas dulces palabras, quiero contestar, en la medida de lo posible, a su pregunta.


Permitidme la libertad y dejadme que os cuente un pequeño detalle sobre mí.


Mis primeras letras (por llamarlas de alguna forma) que salieron impresas y pudieron ser leías por personas ajenas a mi entorno, fueron publicadas en una revista estudiantil. Tendría unos quince o dieciséis años... En ese ambiente conocí a gente interesante, gente que estaba por pasar el rato, personas pedantes, personas elocuentes, y los que les gusta estar metidos en medio de todo. Uno de ellos, (y no pienso decir en que categoría de las anteriores se encontraba) una mañana nos preguntó a una amiga y a mí, por qué estábamos allí. No sabía muy bien que contestar (tampoco sé muy bien en que grupo de los anteriores estaba yo incursa) mi compañera dijo muy resuelta, que era por que le gustaba escribir. El muchacho, pongamos que un par de años mayor que nosotras, nos miró de manera “extraña”, con una media sonrisa, y torciendo el gesto, nos dijo:


Simplemente os gusta. No es algo que os arrastre, no es una necesidad.
En aquel instante apareció el coordinador y la conversación quedó ahí.


No es un capítulo especialmente importante en mi vida, seguramente ninguno de los otros personajes de la historia, serían incapaces de recordar tal situación, pero a mí se me quedó gravado en la memoria, y tal vez algo más.


Estuve bastantes años sin acercarme a los folios en blanco (bueno, eso no es del todo cierto, más bien, era algo privado, entre los folios y mis preciosos rotuladores, no públicamente) Pero siempre existía ese momento, una o dos veces al año, que desesperada buscaba un folio donde trazar unas palabras que se iban uniendo a otras, y a otras, hasta quedar claro que no iba a levantarme de allí hasta acabar con lo que se “cocinaba” en mi cabeza, abarrotada de pequeñas escenas, que no podían quedar engarrotadas allí dentro, como si no existieran, negándolas.


Retomando la pregunta de Lirio, debo decir, que no hay hechizo, es más bien una imperiosa necesidad de contar las historias que abarrotan mi mente. Aquellas que siento que perecerán si no las saco a la luz y que pueden asfixiar mi alma si las dejo escondidas demasiado tiempo. Aunque con el paso del tiempo he descubierto que mis escritos son más como pequeñas secuencias que se filtran en mis esquinas.


Si debo decir que es lo que me inspira, mentiría sino dijese que es la melancolía la mejor de mis armas y la que me hace sentir más a gusto a la hora de escribir. Pero con el paso de los dos años que llevo en esto, lo que realmente me ha traído nuevas alas, lo que me ha llenado la cabeza son los amigos, los relatos, los momentos que he compartido con personas a las que he conocido en estos lugares llamados blog, que nos acercan en las distancias más enormes, y nos enseñan nuestras similitudes y diferencias y nos agrandan el alma con ellas.


Hay muchos amigos que iniciaron este camino conmigo, y ya no están (como Tron, El Contrista, Doña Tecla, Su Señoría, Triciclo, ...), otros que sí (como Matriarca, Vuelo Libre, Darling, Kolo, Cecy, Lirio, Tetealca, Lunchete, Miguelo, Eli, Clodovico... y un larguísimo etc). Algunos que se han ido sumando poco a poco, hasta convertirse en verdaderas referencias para mí (como Jordicine, Ñoco, Herman, Arcángel Mirón, Malditos recovecos... y otro larguísimo etc) Si me dejé a alguien, que seguramente me dejo a alguien porque soy así, seguro que tendrá un lugar en otro post, porque de todos me llevo algo, de todos admiro algo.


El hechizo, LIRIO, sois todos vosotros y lo que hacéis.



Espero seguir viéndoos en las Próximas desconexiones!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

martes, 6 de octubre de 2009

ESPEJO


Vivía en una gran casa. Era una construcción antigua, completamente de madera. Bueno, todo lo completamente que podía ser para mantenerse en pie.

Le encantaba aquella casona, sus crujidos al subir por la escalera, el chirriar de sus puertas, el olor a humedad en el sótano. Pero lo que realmente le tenía cautivado era aquel espejo de madera que reposaba sobre la pared de su dormitorio. Sus bordes, sus reflejos. Desde que era un crío, podía quedarse horas y horas mirando aquel espejo, hipnotizado.


Con el transcurrir de los años pudo descubrir que no sólo le gustaba el espejo, sino el reflejo de sí mismo en él. Sí, era su reflejo lo que ansiaba ver.
Poco a poco, fue recubriendo los espacios vacíos de la casa, con pequeños y grandes espejos. Su reflejo lo acompañaba en cada momento. Conocía sus facciones desde cualquier ángulo.

Comenzó a llevar consigo un pequeño espejo de bolsillo, para poder admirar de cerca su rostro.


Ya todo en la casa había cambiado, todas las superficies, eran reflectantes, nada quedaba de los antiguos muebles que le acompañaban en su rutina diaria desde su niñez. Todo había quedado relegado en post de su nuevo y único amor, él mismo. Sí, podía decirse que se había enamorado de su propia reflejo.
Pero algo seguía molestándole, había un momento del día en el que no podía observarse. En que debía quedarse a solas sin la compañía de su rostro por doquier. Odiaba aquel momento, que no era otro que cuando sus ojos se cerraban para dormir.

¿Cómo podía solucionarlo? En un principio intentó mantenerse despierto, pero eso, además de no ser posible durante demasiado tiempo, no resolvía la cuestión, porque había descubierto que sentía curiosidad por saber como lucía cuando estaba durmiendo.

Colocó una cámara de video y se grabó, pero aquello tampoco era del todo satisfactorio. Era como si faltara algo, como si el hecho de estar grabado le quitara autenticidad, viveza, realismo. No era una grabación lo que deseaba.
Deseo y deseo, poder permanecer despierto a su lado mientras dormía. Tanto fue así, y tanta la frustración que sentía que una noche, consiguió desdoblar su alma, por encima de su dormido cuerpo.

Se elevó en mitad de la noche, sobre la cama, sintiéndose ligero, como una pluma. Se giró y pudo, por fin visualizar su sueño. Era tan hermoso, tan apaciguador. Tanto así, que deseó llorar, pero las almas no lloran, necesitan un cuerpo para ello, deseo reír, pero sus labios no se curvaron, deseo gritar, pero el alma no tenía voz.

Tenía una sensación extraña y quiso regresar a su dormido cuerpo, pero no lograba hacerlo, lo intentó del mil formas distintas, hasta la desesperación, hasta casi entrada la mañana.

En ese momento desvió la mirada de su rostro, y vio su reflejo en aquel antiguo espejo de madera, pero no era su reflejo, al menos no era el que esperaba ver. Sus ojos eran rojos, su tez blanca como la leche, su cara parecía hundida allí donde debían estar los roseados mofletes, sus labios finos, formando una delgada línea, tenían un color violáceo. Fue cuando descubrió, lo que estaba pasando. Aunque no sabía que había ocurrido en primer lugar, si había conseguido desdoblarse y un alma sin cuerpo no puede vivir, aunque desgraciadamente no sea lo mismo al revés y un cuerpo sin alma si que pueda hacerlo. O si la muerte había llegado antes y por eso había conseguido aquella separación incorpórea. Pero al fin y al cabo que importancia tenía eso ahora. Ya nada podía hacer al respecto.

Una idea lo sobrecogió. ¿Acudiría alguien a ver que le había pasado? Y lo que era peor ¿Estaría en ese estado para siempre? ¿Tendría que ver ese horripilante reflejo de sí mismo por siempre?
Intentó llorar pero un alma sin cuerpo, no tiene lágrimas...


PD: ¿Cual creéis qué es la moraleja de esta historia?


Hasta la próxima desconexión!!!!