lunes, 8 de mayo de 2017

VICIO OCULTO (Tal vez no tan oculto)

Os dejo (tras mucho tiempo, lo sé) mi pequeña colaboración con un blog amigo BibimbapDramas
Reconozco que no solo soy consumidora de series asiáticas, sino que las traduzco y las fomento todo lo que puedo, por lo que cuando una mujer (a la que hace tiempo considero amiga, aunque sea virtual) como "La Ahjumma" me invitó a colaborar en su "proyecto especial", para intentar hacer ver que las series asiáticas existen, como fan, no podía decir que no. Así que os dejo el enlace por si os apetece pasar a echarle un ojo al artículo. ¿Quién sabe? Tal vez os pique la curiosidad o, si ya os picó, podáis hacérselo llegar a otros.


¡Hasta la próxima desconexión!

domingo, 2 de abril de 2017

EN MI OTRA CASA



Esta vez también se trata de una entrada que proviene de la amistad, pero os la dejo en mi otro rincón de inspiración.

Hasta la próxima desconexión.

martes, 21 de febrero de 2017

AMISTAD y PROMESA


Se encontraron por casualidad en un bar, antes solía ocurrir a menudo, pero esas casualidades eran cada vez menos desde que él se había mudado. Ahora jugaban a encontrarse cuando regresaba a su ciudad natal. Aun así, habían logrado mantener su amistad a lo largo de los años y siempre estaban cerca en los momentos importantes, como este.
Ella estaba con un grupo de amigos tomando unas tapas, se abrió la puerta y él apareció. Iba solo, con su barba de muchos días y sus pantalones bajos. Como si un resorte se activara se levantó de la silla y fue a saludarle. Los abrazos con las miradas llegaron antes que con los cuerpos. Lo ojos empañados. El abrazo duró cinco segundos más de lo que solía hacerlo, apretado. Al separarse, las lágrimas acariciaban sus pestañas:
―¿Estás bien? ―le preguntó con la garganta contenida y los ojos más abiertos de lo normal.
―Sí. No me mires así, si lloras vas a pegármelo ―indicó él, desanimado.
―Ya, ya está ―se limpió con rapidez los visos de tristeza― ¿Quieres tomar algo? ¿Vamos a otro sitio? ―se giró para pedir disculpas con un gesto al grupo que pretendía dejar allí.
―Solo si no hablamos del tema. Nada de cosas tristes. Ya no lo soporto, sabes ―con aquel gesto cansado no parecía el de siempre.
―Te contaré todo lo gracioso que me haya pasado desde que no nos vemos, y si no me lo inventaré. Sabes que soy buena contando historias ―sonrió y se colocó la máscara y la nariz de goma para su próxima actuación― pero debes prometerme algo.
―¿El qué?
―Prométeme que te reirás de todas las anécdotas y tonterías que te cuente; aunque sean malas y sin gracia, incluso si ya te las he contado.
―Prometido ―y sonrió como si dos alambres tiraran de su fatigado rostro, intentando abrir la puerta a la recuperación.

Hasta la próxima desconexión.


domingo, 12 de febrero de 2017

ÉRASE UNA VEZ



"Érase una vez", según los entendidos del mundillo, empezar con esta frase un cuento está mal visto, puesto que se considera una expresión usada en demasía. No estoy de acuerdo, lo digo sin tapujos. Cuando mi sobrino tenga edad para contarle cuentos usaré esa mágica frase para comenzarlos todos. ¿Por qué? Porque solo con escucharla sabes que la lógica, lo racional, se escapa por la ventana, que es el momento de las aventuras, de los castillos, de los héroes y de la magia, como si fuera un conjuro que te transportara de tu mundo a otro, más brillante, más claro, donde hay una verdad inmutable que el bien vencerá al mal. Así que perdonad todos aquellos maestros de librillo si sigo usando en mis cuentos infantiles el "Érase una vez", y consigo con ello que los niños abran sus ojitos como platos y me miren pidiendo que aparezcan ya los héroes y lo villanos.

Después de reivindicar (deformación profesional según algunos que yo me sé) os invito a que paséis por mi otro blog, en el que comparto sueños (magia, cuentos y realidades) con otros seis mosqueteros de las esquivas palabras, y leáis mi último cuento (no infantil), aunque no empiece por el difamado Érase una vez. Rebelaos junto a mí y colocarlo (aunque sea en vuestra cabeza) justo antes de empezar a leerlo, [si es que os pasáis :p]

Hasta la próxima desconexión.

jueves, 26 de enero de 2017

PALABRAS



Siempre te han dicho que las armas las carga el diablo, pero pocas armas hacen más daño que las palabras. Piensas que es un cliché, o una exageración, pero las palabras hieren durante años y las balas, tan solo una vez.
Corroen la conciencia poco a poco y se instalan en tu mente apoderándose de sus resquicios, invadiéndola como un virus que ataca en silencio, a oscuras, a cualquier hora. Se aprovechan de tu sueño, de tus momentos libres, de tus defensas bajas. Acuden como un mantra, condicionando lo que haces.
Hay frases que recuerdas durante años palabra por palabra, como si te apuñalaran la cabeza; resuenan como las oraciones aprendidas de niños. Cuando crees que has olvidado, se deslizan por uno de esos huecos y de nuevo cierras los ojos, aprietas los dientes, sientes: la misma vergüenza, el enfado, la tristeza... Renace lo que dijiste, oíste, o escribiste.
Contra ellas no hay corrector que te salve, ni vacuna que te aísle, ni jarabe que las aplaque. Son la cara oculta del arma que inventó el hombre y que a algunas veces, fingiendo la dulzura que no tienen, se visten de poesía.

¡Hasta la próxima desconexión!