jueves, 12 de junio de 2008

EL JARDÍN


Mi amigo Jabel, escribió un gran post, que se llamaba el Jardín del Convento, y me fascinó. Y se le ocurrió que escribiera una historía que se desarrollara en él (más o menos) No sé si le gustará el resultado, pero recogí el guante y aquí estoy de nuevo.

Espero que os guste sobretodo a Jabel que me inspiró y ha sido mi guía en el descubrimiento de estos personajes anónimos que se crearon en mi cabeza y que en parte gracias a él pudieron nacer. (La foto del convento también es suya)



El jardín era verde, fresco, alegre, ocupaba la parte trasera del convento, que había al otro lado de su calle y siempre estaba vacío. A su lado se elevaba otro edificio, de pequeñas proporciones, que como supo más tarde, era un antiguo hospicio. Las monjas llevaban ocupando aquel preciso y precioso lugar durante años, pero casi nunca se las veía en el jardín, de hecho casi no se las veía nunca en ningún sitio. Parecía que el jardín se cuidaba solo, renovándose él mismo.
Pero aquel día desde su balcón observó que no sólo había alguien en el jardín, sino que extrañamente, había siete mujeres, solas, distanciadas entre si, sin mirarse, sin hablarse, sin sentir la necesidad, siquiera, de dar a entender que incluso podían verse unas a otras. Aquello escapaba de lo habitual, pero pasado el primer momento de desconcierto, todo volvió a la normalidad en su mente, apaciguándose. Era extraña la sensación que había tenido, como se alertaba todo en su interior, pero ahora aquel sentimiento se había vuelto a dormir.

Pocas semanas después la escena se repetía, en este caso eran cuatro las mujeres que deambulaban por el maravilloso jardín. Aquello era aun más extraño. Antes jamás había nadie, y ahora se llenaba de mujeres desconocidas. Debía tener una explicación, pero su mente no lograba dar con ella, no sabía por qué era tan importante para él, pero no podía dejarlo. En su mente empezó a germinar la curiosidad, la imaginación se le desbocaba y se embargaba en el desasosiego, pero seguía sin saber el motivo, tan sólo era un jardín, por el que paseaban cuatro mujeres. Pero por mucho que se lo repetía, algo en aquella situación había cautivado su mente, que ágil, elaboraba teorías, posibilidades, a cuál más descabellada.

La rutina se fue sucediendo. Todos los días vacío, abandonado a su suerte, olvidado, para entonces, verse pleno de sonidos, de alientos, de suspiros, de nervios. Fue cuando cayó en la cuenta, siempre eran mujeres las que rondaban por el jardín, nunca hombres. Aunque eso podía explicarse porque era un convento de monjas. Pero lo que llamaba poderosamente su atención, era que todas, sin excepción, fueran altas, bajas, bonitas, feas, jóvenes o no tan jóvenes, desprendían nerviosismo, como descargas eléctricas a su alrededor, que las hacían frías, distantes. Tal vez fuera eso lo que provocaba su expectación desde un principio, que algo tan frío, tan tenso, tan distante contrastaba con aquel espacio vegetal, sereno, amable, y apacible que era el pequeño jardín del convento. Además más de una estaba embarazada, una de ellas incluso debía de haber cumplido ya las cuentas, porque realmente le costaba moverse en todos los sentidos.
Lejos estaba de sospechar lo que realmente pasaba dentro de aquel recinto, de aquellas mujeres, de sus mentes y de sus cuerpos.

Un día cualquiera, sin nada de particular abrió el periódico, mientras desayunaba, en el bar que había próximo a su trabajo, y en él pudo leer la siguiente noticia:
“Desmantelada una red de venta de bebés en un convento”
No podía creerlo, debajo del titular había una foto de su precioso jardín, debía haber un error, así que siguió leyendo.
Las monjas del Convento a través de sus colaboraciones en las asociaciones de ayuda contactaban con mujeres deseosas de abortar y las convencían para que dieran sus hijos a parejas que no podían tenerlos. Para evitar los trámites de la adopción, llevaban a cabo el parto en el hospital del convento y declaraban al bebé fallecido, falsificando las antiguas actas de defunción de los huérfanos que residían, anteriormente, en el hospicio. Mientras por otro lado manipulaban las partidas de nacimiento, también de los huérfanos, para entregárselos legalmente a sus padres-compradores, es decir a las parejas seleccionadas por las monjas previamente, que debía pagar sumas astronómicas por el “encargo”. Tenían contactos en los distintos Registros (ya se sabe que con dinero se compra todo, incluso los “propios hijos, pensó) así que a la venta de niños se suman el delito de falsificación de documento público y cohecho, pero no se han facilitado más datos sobre la trama legal.
La Madre Superiora declaró que: “lo único que hacían era salvar niños que iban a morir y entregarlos a parejas deseosas de cuidarlos, y que no podía pedir perdón por eso, ni arrepentirse” Pero cuando se le preguntó por el dinero que recibían a cambio dijo que: “no hacemos esto por dinero, sino por caridad” Este periódico ha podido conocer que se han incautado grandes sumas de dinero tanto en el Convento como en cuentas bancarias a nombre de la Madre Superiora, que ya ha sido imputada por los delitos cometidos. Se procede ahora por la policía a revisar la documentación encontrada, para poder hallar a los niños vendidos...


Se había quedado de piedra, como si su sangre se hubiera parado en sus venas. Ahora que lo leía, estaba todo más claro, él había visto a las embarazadas! Estaba indignado, delante de su propia casa se vendían niños, incluso antes de nacer! Qué mensaje recibían esos pobres niños, cómo iban ellos a valorarse en un futuro, cómo podía haber alguien tan ruin! Los mayores perjudicados, como no, o más bien como siempre, eran los niños, que ahora no pertenecían a nadie, sus padres no los querían y los que los querían no los merecían. Era triste venir a este mundo de ese modo.

Sin pensarlo, sin pararse siquiera a meditarlo, y tras muchas horas de esfuerzo, se plantó ante su novia, y le explicó como se sentía. Ella debía entenderlo, le dijo que había faltado todo el día al trabajo, y había ido de un lado a otro, rellenando formularios, y solicitando documentos, pero que al final había entrado en el programa de acogida de los niños. Por su tono ella supo que no le estaba pidiendo permiso, ni tampoco le preguntaba si estaba de acuerdo, simplemente la informaba de su decisión. Ella no sabía que decir, ni si estaba preparada, pero la conmovió cuando le escuchó decir, que no podía estar tranquilo si al menos no ayudaba a uno de esos niños a descubrir la belleza que podía encontrar en la vida. Y dicho esto la dejó allí envuelta en sus propios sentimientos y pensamientos.
Él sabía que el acogimiento podía ser muy duro, que se encariñaría con el niño y que no era definitivo, pero se dijo a si mismo que si su afecto y su compañía tenían fecha de caducidad, podría en cada día su mayor empeño, como si ese fuera el último. Salió al balcón y vio de nuevo el jardín, ahora no le parecía tan bonito, tan sereno, ni tan fresco, porque había amparado toda aquella... no tenía palabras para describirla..., miseria. Había amparado toda aquella miseria humana, bajo sus ramas, su agua, sus sombras, sus hojas, su belleza. Ahora creía que era un impostor, igual que las monjas, que tapaba su verdadero rostro bajo aparente hermosura, bajo una máscara de bondad, bajo una imagen de perfección. Podridas podían estar sus raíces como el interior de sus cuidadoras y dueñas.
¿Dónde estaba la mano de Dios en todo esto? Pero justo en aquel momento por su mente cruzó, como llamada por su propio interior, la imagen del recuerdo, de cómo había elegido aquel piso, fue el balcón y las vistas lo que le había decidido, incluso por encima de otros pisos con mejores condiciones. Tal vez si que estaba presente...
Hasta la próxima desconexión!!!!!!!!!!!!!!!!!

22 comentarios:

Cecy dijo...

como siempre excelente!!!
Lamentablemente estas cosas con los bebes, ocurren en todas parte del mundo y siempre lo mismo, que será de esos niños... Mi deseo siempre vuelve al mismo lugar, que sean felices..

besos

Camille Stein dijo...

me ha encantado la historia, me enganchó desde el principio...

un beso y gracias

Jordicine dijo...

A mí también me ha enganchado. Todos tus cuentos cortos son muy 'negros'. Ja ja ja. Un beso y hasta pronto.

Anónimo dijo...

PETARDILLA: Cuando ocurren cosas como la que cuentas - tan bien por cierto -, ya no me pregunto si Dios existe, porque casi es lo de menos, lo que me pregunto es que sentido tiene la vida. Peor siempre termino ... sin saberlo ...no lo encuentro. Por eso, entre otras razones, no quiero tener hijos, porque antes de echar uno nuevo al mundo prefiero recoger alguno abandonado, porque no sé si sabre cuidar de él como se merece, porque no sé que será de el en el futuro, porque no se si tener hijos es otro acto más de egoismo del ser humano, porque... tantos porqués, no me dejan tomar la decisión.

Me gusta la intriga que le das al principio supercastigadora... aunque como me ocurre con todas las historias, al final nunca encuentro las respuestas, poruq quizás las respuestas que me dan no me convencen, ninguna.

Besoss y sigue, que así cuando seas famosa podré decir que te conozco jajaja. Vas por buen camino.

alfonso dijo...

Nuestro planeta es un hermoso jardín salpicado de parterres horrorosos en lo que se cultiva la miseria humana. Solo nuestra atenta mirada puede salvar ese jardín, nuestro jardín.

Alma dijo...

Me ha gustado y enganchado tu jardín desde el principio y tu forma de describirlo, me recuerda a las historias que nos contaban nuestros mayores, es muy probable que sigan ocurriendo sucesos de ese tipo entre tanta tranquilidad aparente.

Besos salados

Anónimo dijo...

Hola Castigadora, cómo estás???.
Fantástico el giro que dió la historia. Has conseguido que me meta en la historia y que realmente sintiera que estaba leyendo ese periódico y que estaba lamentado enterarme así de la noticia.
Me alegro de haberte animado a escribir sobre el convento. Me ha gustado mucho.
Buenas noches y buena historia.

Javier Puche dijo...

Menudos bichos las monjitas.
Dan ganas de seguir leyendo tu historia. Yo creo que, con tesón, podrías convertirlo en una inquietante novela corta.
Besos

MateoRamirez dijo...

QAue haces mal tu he? excelente te deja pegado a la lectura pidioen d implicitamente mas maaas massss

Anónimo dijo...

Ay ay las monjitasss...
saludos............

Castigadora dijo...

CECYDECECY: Gracias por tus palabras. Mi esperanza es que dentro de poco estas historias puedan considerarse fantasía, peor hasta entonces quiero pensar que pueden llegar a ser felices!

Un beso

CAMILLE: Gracias. Tu comentario me sirve mucho.

Un beso

JORDI: Sabía que me dirías algo así, jajaja. Siempre me dices que mis finales son trágicos, pero deje un rayito de esperanza en este caso, así que espero que sea más de un gris apagado que "negro".

Un beso

PETARDILLA: Si no tenemos fe en que todo cambie, nada cambiará. Es muy noble, salvar a uno de eso niños de los destinos que algunos sufrirán, pero no debemos darnos por vencidos y tal vez sea la generación que llegue la que logre el cambio, La esperanza es lo último que debemos perder.
Las respuestas que obtenemos hoy día no le sirven a casi nadie, en eso llevas razón.

Un beso

ÑOCO: Como no! Eso mismo es lo que quería decir. Todo se camufla con buena presencia hay que estar atento, para que eso no se propague y afecte a lo que realmente merece la pena conservar

Un beso

ALMA: Gracias! Los cuentos de nuestros mayores, que bonito que te recuerde a eso.

Un beso

JABEL: Que estupendo que te haya gustado! Tú y tu forma de describir el jardín fue mi inspiración! Gracias a ti por dejarme contar esta historia!

Un beso

HERMAN: Vaya! Lo crees en serio? Podría intentarse.
Bichos? No más bien alimañas ponzoñosas!

Un beso

MATEO: Jaja, Gracias, tus comentarios, son divertidos. Más, más... Intentaré que te sigan haciendo disfrutar así.

Un beso

KPAX: No solo las monjas, que en esta historia hay más de una "miseia humana"

Un beso

Eli dijo...

No sé como lo logras, pero tus relatos son adictivos.
Un besote

Anónimo dijo...

que hermosas fotos... me encantan... me tengo que pasar más veces por aqui. Buen gusto a flor de piel.

Arcángel Mirón dijo...

Muy emotivo, Castigadora.

:)

yo mismo dijo...

qué bien volver por aquí, recién acabados los exámenes y encontrarme de nuevo con tus historias extrañas, que nunca acaban como crees, que siempre giran al final y te enfrentan con el monstruo o el sentimiento...

estoy volviendo... te espero con mi cuaderno azul en el regazo. un beso.

Möbius el Crononauta dijo...

Si no hubiera miseria, ¿seguiríamos siendo humanos, o seríamos otra cosa?
Aunque no hay peor crimen que el realizado contra los indefensos.

saludos!

Alejandra Conte es:La Kolorada Siniestra dijo...

Como es costumbre al leerte quedo fascinada! Excelente.

Castigadora dijo...

ELI: Gracias por tus palabras me ayudan mucho!
Besos

NATURLINE: Bienvenida al blog. Esta es tu casa siempre tendrás las puertas abiertas
Un saludo

ARCÁNGEL: Que te guste ya es una recompensa!
Besos

MISMO: Como te eché de menos. Gracias por pasarte, espero que los exámenes te fueran genial!
Estamos viéndonos
Besos

MÖBIUS No lo hay no! Seríamos humanos? no lo sé, si la miseria forma parte irremediable del hombre, a que aspiramos? Tal vez a reducirla? No lo sé.
Besos

KOLO: Me encanta que estes de vuelta. Gracias por el comentario, nos vemos pronto.
Besos para ti y la niña!

mas de mi que de... lirio dijo...

Es increíble como tus cuentos me transportan al interior de la historia y como un personaje mas siento y me emociono.
Este lleva el añadido de haberme enganchado desde el blog de Jabel.
Gracias por darle un final a esta intriga que a mas de uno dejo en ascuas.
Mas besitos desde mi alma.

Castigadora dijo...

LIRIO: Jabel me inspiró, me agrada que leyeras su post antes de pasarte, así tienes una idea más general de como llegué aquí, pero además que te sientas dentro de mi relato, me fascina, estoy encantada
Besosss

Anónimo dijo...

Bueno hace tiempo que no te leia y como siempre me fascino tu relato, bueno he visto algunos comentarios, como lo de tener un hijo es un acto egoista, yo creo ke no, ke es un acto de amor, aunque todas las opiniones son respetables hasta la de la petarda, je je ke ahora estara por paris. En cuanto al relato decir que supuestamente tanto las monjas como las curas se supone ke tienen ke dar ejemplo de buenas acciones y ke hacen el bien por el mundo. Eso es mentira, mis abuelos por parte de mi madre eran de cordoba, y le contaron a mi madre ke en un convento que habia alli, hace bastantes años, cuando lo echaron abajo, se encontraron en los cimientos esqueletos de bebes. O sea las "monjitas" se quedaban embarazadas y luego mataban a los bebes y los enterraban alli. Y luego se podrian a rezar para que Dios la perdonara, ke la perdone el ke yo no puedo no crees?

Castigadora dijo...

PAGANINI: Eres tú no? No sé si tener un hijo es algo egoista o no, lo cierto es que aun no me lo he planteado, creo que aplazaré esa reflexión por ahora. Lo que cuentas, es realmente terrible, pero no debemos caer en la tentación de generalizar sobre toda la Iglesia ( y que conste que soy bastante contraria a ella) pero todas la generalizaciones son absurdas, no podemos conocer a todos los componentes de un grupo por unos cuantos.Me resisto a pensar que todos puedan ser así, porque más allá de ser o no monjes, monjas... son personas también, aunque a veces no lo parecen.

Un beso y gracias por pasarte de nuevo por aquí