No se veían estrellas esa noche porque amenazaba tormenta sobre el puerto. Una vez más, se volvió a ver a aquel hombre de pie junto al muelle 9, vestía con una oscura gabardina. Nadie sabía quién era, qué hacía allí, por qué aparecía las noches de tormenta, siempre en el mismo muelle, a la misma hora, con la misma ropa. Algunos habían intentado averiguar quién era, acercarse, hablar con él, pero ninguno lo había conseguido, cuando se acercaban el misterioso hombre desaparecía de su vista y nunca sabían por donde se había ido.
El nuevo guarda de seguridad se apostó con el compañero del turno de día que acabaría con aquel misterio en la próxima noche de tormenta. No tuvo que esperar mucho para saber si cumpliría con su misión. Pocos días más tarde se levantó un fuerte viento sobre el puerto, sólo el faro era visible aquella noche, el faro y el hombre sin rostro y gabardia oscura.
El guardia no se lo pensó, la curiosidad podía más que el frio de la noche y el miedo que, sin saber por qué, se le colaba entre sus huesos. Se le acercó por la espalda y justo cuando iba a tocar su hombro éste se giró...Su corazón se desbocó, pero al instante pudo comprobar que no se trataba más que de un anciano, no era un fantasma, aquel hombre era de carne y hueso, y además no tenía nada de terrorífico. Intentó averiguar su nombre, pero el anciano se había vuelto a girar dándole la espalda y volvió su vista al mar, revuelto y con su espuma blanca saltando por doquier. Le insistió para que se alejara de allí, con ese tiempo era peligroso. De repente calló. ¿Cómo había llegado al muelle 9 sin pasar por su garita? se lo preguntó pero tampoco hubo respuesta, lo asió de un brazo, el hombre se zafó sin esfuerzo, después volvió a mirarlo como si lo viera por primera vez y le hizo una seña para que lo acompañara. Sin saber cómo acabó chapoteando por una especie de cloaca, que trascurría por debajo del puerto, no sabía que existía. Así que era por aquí por donde entraba el "fantasma". Tras andar unos metros llegaron a lo que comprendió el guardia era el hogar del anciano, no era más que una mesa dos sillas y un colcho podrido por la humedad. ¿Cuánto tiempo llevaba viviendo allí? tendría que llamar a Servicios Sociales, aquello no era manera de vivir.
Volvió a preguntarle por qué vivía allí y esta vez el anciano si respondió:
-Es una larga historia, aunque creo que es más larga en años que en el tiempo que tardaré en contársela.
De repente quería hablar llevaba mucho tiempo sin hablar con nadie, ¿cuánto tiempo? Al menos veinte años.
-Yo antes era el guardia de seguridad de este puerto, hace mucho tiempo de eso, pero sí, ese era mi oficio. Hubo una noche de tormenta, la peor en muchos años. Se levantó un viento huracanado, los contenedores del puerto volaban, los árboles caían al mar arrancados del paseo más cercano, era una noche de las de no olvidar y yo nunca podré hacerlo. Mi mujer estaba preocupada por mí, y la muy loca (cómo pudo hacerlo!!) se puso su abrigo y salió corriendo a buscarme. Me decía desde por la mañana que tenía un mal presentimiento y que no debía dejarla sola, que no fuera a trabajar, pero no la escuché estabamos mal de dinero, muy mal. Ella se presentó aquí en los más crudo de la tormenta, justo antes de que mi puesto de vigilancia fuera arrancado por una de esas terribles ráfagas de aire. La cogí de la mano, ibamos a escondernos cerca de este muelle, en un contenedor, pero en el camino, se desprendío del abrigo el broche que tenía desde que era una niña. Pertenecía a su bisabuela, pero puede que incluso se remontara mucho más atrás. Era el último recurso que nos quedaba para pagar el alquiler y nos haría falta pronto. Mi mujer se soltó de mi mano y corrió a cogerlo, en ese preciso intante quedó atrapada en un remolino que la levantó del suelo envíandola a las profundidades del mar, violento, salvaje, cruel, embrutecido, por su compañero el viento, traté de ir a buscarla, pero no podía avanzar. Tardé horas en poder llegar a donde desapareció.
EL guarda estaba atónito, no podía creer lo que oia y sin embargo sabía que el anciano no mentía. Pero ¿por qué vivía allí? El anciano le contestó que todo lo que le quedaba se lo gastó en un rastreo para encontrar a su esposa, poco después no pudo pagar el alquiler lo desahuciaron, pero no importaba, porque allí estaba más cerca de ella, de su espiritud, de su presencia.
- Cada noche de tormenta espero que el mar me la devuelva de una vez, para poder reunirme con ella, pero nunca es suficiente, parece que no he terminado de pagar mis culpas, así que volveré la próxima tormenta, a ver si ella encuentra el camino a casa.
Tras esto se levantó ya no volvió a pronunciar palabra, se había vuelto a ir. Era el momento de irse a casa pensó el guardia, pero cuando se estaba levantando vió algo debajo de un periódico de hacia veinte años. Era un broche muy antiguo.
Historia realizada con la colaboración de "Peter Pan" desde el hospital.
Hasta la próxima desconexión!
36 comentarios:
Amor más allá de la muerte... tan sólo el amor podía llevar a aquel hombre a salir y afrontar cada tormenta. Ojalá se reúnan pronto de nuevo.
saludos
Ohhhhh que emoción..es una historia realmente triste y muy hermosa.
Por estas cosas son por las que desearía que hubiera algo detrás de esta vida terrenal para compensar el dolor que algunos tienen que sufrir en vida tan injustamente.
Un besito enorme!
por que muchas veces las historias más bonitas son las más tristes?
Möbius: La fuerza del amor, siempre nos lleva a hacer grandes cosas. Tanto si lo tienes como si lo buscas, es el motor de nuestras acciones o al menos debería serlo.
Besos!
Meri: No se si habrá algo detrás de la muerte, pero si es así, ojalá que puedan encontrarse todos aquellos que se busquen, para ser felices!
Besossss!!
Esadelblog: La emoción siempre nos embarga cuando una historia es sincera, sea triste o alegre, pero nos llega más cuando sientes impotencia o pena por no poder mediar para que algo salga bien, al menos a mi me pasa. Si pudiera...
Ojalá que no todas las historias bonitas sean siempre tristes!
Saludos!!
Ostras, qué bonito... He entrado aquí por casualidad y me encuentro con esta increíble historia... Muy triste, sí.. pero a la vez muuuy muy bonita.
Me ha encantado
Saludetes ;)
Vaya historia, intrigante y emotiva. Qué suerte es poder amar y sentirse amado. Qué grande.
Bonito relato. Besos.
El mar y lo que lo aman. Una relacion de amor y odio, de fascinacion y de miedo donde brotan historias tan bonitas como la que has plasmado aqui.
Besos.
gon: Bienvenido al mundo de las desconexiones! Me encanta que te encante, triste? si mucho pero con regusto a un posible reencuentro.
Saludos!!
Jabel: Gracias! Sentirse amado hasta ese punto! Esperemos que todos encontremos ese sentimiento.
Besos!
Luna: Amar y odiar, son sentimiento pasionales e irracionales que no se pueden controlar.
Saludos!
Felicidades. Para tí y para 'Peter Pan'. Muchas veces nos preocupamos de fantasmas inexistentes. Sufrimos por no saber. El guarda afrontó sus miedos y habló con el anciano. ¿Alguien lo había intentado antes de verdad? El amor del viejo es real. Quería estar con su amada... pero todavía tenía una misión en este mundo. ¿Cuál? Quizás prevenir al nuevo guarda. No sé. Es tu relato Castigadora. Un besazo.
Jordicine: Me encantó como entendiste la historia. A veces el miedo a acercarnos a otros nos hace perdernos a personas muy interesantes y poder compartir experiencias con ellos.
Cual era la misión del viejo, tal vez difundir su historia de amor para que no se quedara en el olvido tras su muerte, pero eso es a libre interpretación del lector.
Muchos Besos!!
Muy bueno. Lo cierto es que a veces nos quedamos en la vía, no cogemos los trenes que nos interesan por miedo, por dudar, o por cualquier excusa. Pero afrontar el miedo y subirse a esos trenes es lo mejor que se puede hacer. El guarda lo hizo y descubrió una historia fascinante...
J.m: Bienvenido al pequeño rincón de las desconexiones diarias! Gracias por la visita.
Si que es verdad que por no afrontar los miedos, muchas veces nos quedamos a medias en la vida. Yo quiero vivir plenamente, así que agarrense los que quieran seguir por las vias de este tren!
Saludos!!
Hola Castigadora: me encantó este cuento, aunque espero que quien esté en el hospital, no se si Peter Pan o tú, pueda salir prongo y bien...me encanta como escribes, me atrapaste desde la primera línea. Un beso enorme.
Carlota: Gracias por los ánimos Peter Pan te lo agradecerá pero creo que aun le quedan días de hospital ojalá podamos pasar la navidades en familia.
Gracias por tu comentario, genial que te gustara!
Besos!
bonita y misteriosa historia. eres un poco oscura escribiendo, tu mundo es el de las tinieblas y el respingo en el asiento, el que nos hace sufrir un poco, ¿me equivoco? me gusta esa forma de inventar :)
un besito.
Digo lo mismo que Gon, triste y a la vez una bonita historia.
Ánimos para Peter Pan y feliz navidad!
Hola castigadora. Preciosa historia de amor. Ojala puedas llevarte a tu Peter Pan pronto a casa. Un beso.
exquisota, me encantó
Buf... qué tristeza, Castigadora. Amor, soledad, esperanza que no alcanza su meta... vaya dosis. Y la combinación, por tu parte, con sorpresa final incluída... ¡perfecta!
Un besote y enhorabuena por tu cuento. :)
Mismo: Me has calado eh? La tristeza más que la alegría, la melancolía, más que la esperanza, el pasado, ´más que el futuro. Eso me dijo un día alguien sobre mis escritos y puede que sea cierto. Las tinieblas, puede que tengas razón y mis historias estén llenas de sombras y pocos rayitos de sol.
Besoossss!
alternat: Bienvenída a mi rinconcito de desconexiones! Gracias de parte de Peter Pan! esperemos que se recupere pronto.
Trsite pero bonita, hayq gente que no aprecia lo extraordinario de una historia triste. Gracias por no ser así.
Besos!
Kiro: Ojalá pueda, porque se le echa de menos. Las historias de amor, deben ser siempre preciosas, aunque sean tristes, no crees?
Besote!
Iluso: Bienvenido! Gracias por la visita. Me alegra que te guste.
Saludos!
Manda: Tú si que me miras con buenos ojos. Pero no puedo atribuirme la sorpresa del final sólo yo porque fue una colaboración muy especial de Peter Pan!!!
Besossssss navideños que pases un buen día!
No me había percatado de que Peter Pan estaba en el hospital. Deseo que pueda regresar pronto al país de nunca jamás...
Mucho ánimo!!
Y para ti, por supuesto, muchos besos
Meri: Gracias! eso es lo que espera él también aunque creo que la Navidad ya la pasamos en el Hospital!
Besosss!!
Qué relato tan emotivo... ambientado en el mar, encima.
Un abrazo, linda.
Me ha cautivado el relato. He estado con la intriga hasta el final. ¡Me ha encantado!
Y más porque trabajo en el puerto de Barcelona con los contenedores... ¡QUE GUAY!
SALUDOS CASTIGADORA
Arcángel: Gracias. El mar siempre es una inspiración para mí vivo frente a él y me encanta.
Besos!!
angela: Muchas gracias! No me digas que casualidad! No habras visto al hombre de la gabardina no?
Besos!
Hola, es un placer entrar a este espacio. Mucha calidez. Te felicito y te invito a que visites el mio donde están consignados mis poemas: www.mandalaspoemas.blogspot.com
Un abrazo desde Barranquilla, Colombia y Feliz Navidad.
Víctor González Solano
... ummm no, no he visto tal hombre, si me lo encontrara le daría un gran abrazo y otro de tu parte.
Pero ten por seguro que con el temporal que ha hecho estos días ha sido casi imposible trabajar...
Además que en TCB (terminal de contenedores de Barcelona) han caido varios contenedores a causa del fuerte viento.
¡¡ QUE MIEDO !!
¿Seguro que no trabajas en el pto?
jajajaa.
Saludos gaditanos!!!
Me has tenido intrigada hasta el final, qué bonitoooo.
Besos
mandalas: Hola! Bienvenido a mi pequeña casa. Gracias por pasarte. Prometo ir a ver tu blog en cuanto pueda es que esta semana estoy fatal de tiempo y sólo entro a contestar comentarios, pero tienes mi palabra.
Feliz Navidad a ti también!
Saludos!
angela: Te lo digo en serio no trabajo allí aunque este verano estuve de visita por allí y nos pasamos por el puerto, lo mismo hasta te ví.
Besosssss
Interrogación: Gracias! de eso se trataba.
Besosss!
bien por tu castigo...
Otra vez: Bienvenido a derecho a desconectar! Gracias por pasarte.
Un saludo!
Soberbia historia,
Kpax: Bienvenido a mi casa. Gracias por la visita. Me alegra que te gustara la historia.
Un saludo!
Una historia intrigante y muy triste. Un saludo y otro para Peter Pan. ¡Que te recuperes pronto Peter!
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