sábado, 19 de septiembre de 2009

ENTREVISTA (II)


-“Realmente quería poder explicarlo mejor pero, no hay palabras para expresar lo que sintió mi cuerpo, cuando comprendí que estaba enterrada en vida. ¿Sabe el terror que invaden tu cabeza cuando descubres que un edificio entero descansa sobre tu cuerpo?
Me temblaban las manos, y las rodillas, el corazón me latía en la garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas. No había muerto y no sabía si aquello resultaría peor.
¿Cuánto podía aguantar allí? ¿Estaba sola, como parecía? ¿Me encontrarían a tiempo? Es más ¿me estaban buscando? ¿Podía alguien encontrarme en aquella situación?"

Su respiración empezó a ser de nuevo agitada y de sus ojos, completamente muertos, se desplomaron dos lágrimas, largo tiempo contenidas en la curvatura de sus párpados, pero su expresión seguía siendo lejana, ausente. Parecía que su cuerpo reaccionaba por sí sólo, independiente de su mente.
La entrevistadora no sabía que decirle, estaba empezando a calarle aquella historia.

-“Mis ojos fueron acomodándose a la falta de luz, mis pulmones se esforzaban por respirar aquel aire viciado, el gas había escapado de algunas tuberías y el polvo se colaba en cada respiración, rellenándome por dentro de residuos que pesaban en mi interior.
No podía oír nada salvo mi corazón desbocarse, nadie me acompañaba en mi agonía, estaba tan... desamparada, tan asustada... tan histérica ante lo que me esperaba... Pasaron varias horas, no sé cuantas, porque para mí el tiempo ya no tenía sentido, antes de que deseara ser alguna de aquellas personas cuya voz ya se había apagado. Si tenía que morir ¿por qué así? ¿Por qué aquella tortura?
Sentía como mi cordura empezaba a saltar como un cristal bajo presión, justo en aquel momento desee que se acabara allí, en ese instante. ¿Alguna vez has deseado la muerte, de verdad, con ansias, con desesperación, alguna vez?- y susurró para si- Lo hubiera hecho si hubiese podido mover mi cuerpo..."

La periodista no podía no responder, tenía un nudo en la garganta del tamaño de una naranja. Decían que la privación sensorial, que practicaban algunas agencias contra los terroristas podía equipararse a lo que sentían los enterrados en vida, si era así, era una tortura atroz, no podía ni imaginarlo...

-“A todo aquello, no poder prácticamente respirar, no poder moverme, sentirme totalmente privada de mis sentidos, y la enormidad de la soledad; se unía que no podía soportar la sed. Obviamente no había agua, ni nada parecido cerca de mí. Mis labios estaban secos, y empezaban a cuartearse debido a la falta de hidratación, así sabía que el tiempo iba pasando ¿cuánto tiempo es necesario, para que se agrieten los labios por falta de agua? Tampoco ayudaba que mis ojos se estuvieran desbordando a cada rato o el hecho de haberme desahogado sobre mis pantalones cuando había despertado en aquella tumba improvisada.
El ambiente, aceleraba mi necesidad de beber. Quise perder la consciencia, dejar que mi mente vagara a la deriva, perderme en algún rincón oculto, que me ayudara a dejar de lado las sensaciones, hasta que todas ellas desaparecieran para siempre, ¿cuánto podía quedar?"

-Pero hoy estás aquí, cuéntanos como fue ese momento- la recomendó la periodista, haciendo un esfuerzo por tragar saliva, pues su garganta, inexplicablemente también se había secado.

-“Es sorprendente que no pueda recordar claramente, esa parte. Hay pocas cosas que recuerde de esos momentos”

-Dinos que es lo que recuerdas.

-“... Se oían golpes... de repente... en medio de la nada que me rodeaba se empezaron a oír golpes. Me despertaron de mi letargo. En un primer momento no pude reconocer el sonido, no sabía que eran, mi mente reaccionó antes de que me diera cuenta. Intenté gritar, pero mi fuerza hacía mucho tiempo que me había abandonado, no podía ni separar los labios. El mero intento me hizo sentir dolor. Recuerdo que mi agotamiento mental y físico era tal que pensé que se trataban de alucinaciones. “Al final había perdido la cabeza” y lo cierto es que no me importaba. Me abandoné.
Comenzaron a llegarme voces, pero seguía pensando que todo era irreal, mentira. Una luz golpeó mi polvoriento rostro, pero mis ojos seguían cerrados. “Sólo era mi imaginación”.
Mi cuerpo se liberó del peso que lo oprimía y lo sentí ascender, de repente me alegré. Había llegado mi hora, me estaba yendo, el silencio había vuelto. Pero..."

Su silencio se prolongó por unos minutos, y su compañera televisiva tuvo que provocar nuevamente la continuación de su relato...

-“De repente... el silencio... se rompió... no eran golpes o voces extrañas a mí alrededor, sino que fue un sonido totalmente diferente algo que no esperaba, lo que consiguió sacarme de mi catatonia"

-¿Qué oíste?- La presionó nuevamente, iba a sacarle hasta la última palabra. Ya no importaban las lágrimas vertidas, ni el estupor que le había creado aquella historia, sólo el final era importante, el resultado...

-“Aplausos”

-¿Perdona? ¿Qué fue lo que oíste?- estaba desconcertada.

-"El silencio se quebró y se oyeron... aplausos..."

El periódico de aquel día decía:

Finalmente, se ha liberado el cuerpo de una joven de veinte años de los escombros, tras veintidós horas sepultada. Estaba tan débil y deshidratada que los equipos de rescate no pudieron comunicarse con ella. Sus signos vitales eran apenas perceptibles. Se vivió un emotivo momento cuando los espectadores del rescate iniciaron unos respetuosos aplausos por la labor realizada por los bomberos y médicos con el fin de obtener el rescate de aquella mujer...


Hasta la próxima desconexión!!!!!!!!!!!

11 comentarios:

Miguelo dijo...

jodo vaya sensacion mas horrible debe ser esa

Jordicine dijo...

Aplausos para los que rescatan y para la pobre mujer que resistió luchando contra todo. Bravo, Castigadora.

Castigadora dijo...

MIGUELO: La verdad que sí, ni imaginarlo quiero. Bueno la verdad es que lo imaginé, pero no pude expresarlo también como quise
BEsos

JORDI: Al menos fue un gesto que realmente me pareció digno de reflexión no?
BEsos

Cecy dijo...

Senti el ahogo en mi cuerpo al leerte.
Aplausos para ti, querida.

Besos.

tetealca dijo...

Terrorifico relato. Me ha gustado. Pero me ha sacado de quício la periodista, tan insistente.
Un abrazo.

Möbius el Crononauta dijo...

Es como si hubieras hecho tu propio "Johnny cogió su fusil".

Ha estado bien, aplausos, aplausos...

Luchete dijo...

Vaya con la periodista... pero sí... me ha encantado, un pco terrorífico jejeje, pero me gusta... me encanta leerte , de veras...

Celebro tu vuelta Casti... un abarzo y buen finde!

mas de mi que de... lirio dijo...

Desde mi propia y necesaria desconexión vengo a emocionarme con tus palabras... cuentes lo que cuentes siempre lo logras.

Mil besos desde mi silenciosa pero presente alma.

Hasta pronto

mas de mi

Castigadora dijo...

CECY: Respira hondo amiga, que no quiero que te pase nada
Besos

TETEALCA: Sí, lo hice como reflejo del periodismo de hoy, Todo por la Audiencia!!
Besos

MOBIUS: La verdad no creo que ni me acerque a eso, pero gracias por la comparación!
Besos

LUCHETE: Si la periodista es el toque inhumano de una historia humana. La vida se llena de contraste y contradicciones
Besos y celebro verte

LIRIO: Emoción, esa sensación es lo que todos pretendemos con la escritura.
Besos

alfonso dijo...

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… con la mirada conectada…

Mereció la pena esperar. Y era lo esperado, que resolverías la situación perfectamente.
Es curioso como se desatan las emociones. Unos aplausos espontáneos no indican más que la opresión, el 'enterramiento' de loso que estaban esperando la terminación de los trabajos de rescate. Al fin y al cabo, era su propia liberación, también, la que aplaudían.

... saludos desde CR & LMA
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Castigadora dijo...

ÑOCO: Realmente espero con ilusión tus comentarios sobre mis textos y este me hizo especial ilusión!!
La tensión la dejamos aflorar de diferentes formas los aplausos son una más
Besos