sábado, 23 de enero de 2010

A LAS CINCO DE LA TARDE




A las cinco de la tarde. La hora del enfrentamiento, la hora sagrada. La hora deseada y temida. Había aprendido a amar aquel momento desde que tenía su más temprano recuerdo. Las cinco de la tarde. El sol dorado reflejándose sobre la arena. La suave brisa, y ese calor que salía del suelo, por donde pisaba, con sus planas zapatillas. Su cuerpo relajado, dentro de la tensión, su valor templado, su temperamento puesto a disposición de la tarde.

El paseíllo.

Su cuerpo ceñido por el traje de luces brilla al recibir al temido sol. Su chaquetilla abierta sobre el pecho, exhibiendo aquello que ofrecía a la afición, bajo la atenta vigilancia del corbatín. Su montera colocada sobre su fría cabeza, la coletilla pulcramente fingida. Esa tarde, a las cinco, colocaba a las dos suertes su hechura ataviada de azul y oro.
Enfrente su mortal enemigo, al que temía y amaba como a ninguna otra criatura, al que le debía lo que era, lo que sería, aquello para lo que había nacido, su destino, y su muerte.
Negra imagen que se cruza ante sus atentos ojos, defensa rosa y amarilla que vuela para protegerlo, engañándolo tras su espectáculo de espejos de tela. Paso cierto sobre el ruedo, cerca, más cerca. Sus ojos se encuentran, sus miradas se hablan, se acompañan, se respetan, se temen, se igualan.
La suerte está echada. El rojo sale al frente en hermandad con el acero. Se oyen los aplausos lejanos, precursores.


El último tercio. El fin.


El último saludo, la última reverencia.
El valor en la mano derecha, el corazón palpitante, los ojos atemorizantes, la izquierda que dirige. Todo cuadrado. Paso adelante, el último engaño...
Da la vuelta, el dolor, la caída, el peso, el pesar, rojo, se tiñe la plaza, la sangre que se filtra en el albero...


Los gritos, las exclamaciones, las carreras, habrá descabello, pero antes...
La cuadrilla que corre, el torero que sangra, que permanece derrotado en la firme arena. Su aliento se aleja, tras el “revolcón” no siente, ni padece, quiere volver a la faena, pero su cuerpo no responde, no ve donde se encuentra el adversario. De repente lo sabe. Sabe que ha perdido. Esta batalla la ganó el enemigo vencido, que no disfrutará de su victoria.


Sus ojos se van cerrando, siente la brisa sobre su rostro sudoroso, su cuerpo se eleva... corren... pero no siente nada, ni calor, ni frío, ni dolor, ni miedo, ni pesar... porque fue vencido en el envite...


La sangre que mana sin piedad, los sonidos de la afición que se alejan, el camino a la enfermería... preferiría permanecer en la plaza, terminar en la dorada arena, con el sol escondiéndose tras el último palco.

A las cinco de la tarde... su suerte estaba echada... a las cinco de la tarde... en el último tercio, la última estocada no la propició el torero, sino el toro...


Tras unos instantes... volvió a abrirse la puerta de toriles...









..............
Hasta la próxima desconexión!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

17 comentarios:

Luchete dijo...

Has relatado muy bien ese mundo....

No me gusta el mundo de los toros, no me gusta...pero bueno, es respetable...

Un abrazo niña, se te echaba de menos...buena semani!

Belén dijo...

No me gustan los toros, pero sin duda es admirable que se pongan delante de un toro de 500 kilos y se dediquen a torear...

Y además, las cinco de la tarde es hora de siesta! ;)

Besicos

Cecy dijo...

Se siente mientras se lee.
Eres genial Casti.


No me gusta ese espectáculo me da mucho dolor cuando la gente aplaude mientras se asesina a un animal.

Un fuerte abrazo

tetealca dijo...

Creo que es una sangre inutil, tanto por un lado como por otro, que se debería de evitar.
Un abrazo.

Castigadora dijo...

LUCHETE: Es un mundo difícil de entender. Pero ellos lo siente. Yo respeto a todos. A los que les gusta y a los que no.
Se echaba de menos estar por aquí
Besos y buena semana para tí también.

BELÉN Eso es verdad. ¿A quién se le ocurriría ponerse a torear a la hora de la siesta!
Besos

CECY: Gracias. Lo intento. Es una pena el animal, es muy cierto. Aunque a veces como ahora se cobra su venganza, ¿no?
Besos

TETEALCA: Hay tantas cosas que deberían evitarse...
Besos

darling dijo...

Bueno no me gustan los toros, porque estoy en contra de hacer daño a los animales. Pero me traiste el recuerdo de mi padre, el trabajaba en una imprenta, y los fines de semana algunos trabajaba en los toros, recogiendo los tickets y se quedaba a ver las corridas, me llevaba de pequeña a ver el bombero torero, que eran unos enanitos en plan cachondeo toreando. En fin me recordastes a mi padre, que el pobre hace ya años que murio y a mi infancia, entonces por eso se cambia la sangre que derrama el toro, por sentimientos de nostalgia. Besos hasta la proxima.

alfonso dijo...


Estremecedor. De cuando en cuando, las cinco de la tarde es una hora en la que la muerte les iguala. Un gran post.

Y hablando de toros, un alegato:
http://otravacanelmaiz.blogspot.com/2007/09/l-no-quera.html

besos sin desconectar

CR ____________________________________
LMA

Castigadora dijo...

DARLING Me alegra que mi relato te trajera el aroma de la infancia, y ese imagen de tu padre. Me alegro de verdad.
Besos

ÑOCO: Niño me pasé por tu alegato. Y me repito aquí. Es un texto magnígico. Y el final me dejó sin palabras. El mundo del toro, puede ser aterrador, no sólo para el toro, también para el torero.
Besos. Te sigo viendo!

Möbius el Crononauta dijo...

Vaya embestida.

Saludos

Eli dijo...

A mi tampoco me gusta el mundo de los toros, pero como tú dices, ellos lo sienten como algo mucho más profundo que una simple profesión. Tu relato es magnifico, lo he vivido minuto a minuto.

Besos y me alegra desconectarme otra vez por aqui.

Jordicine dijo...

Es el riesgo del toreo. Y eso que el torero siempre sale con ventaja. Buen y negro final, como siempre. Un beso.

Anónimo dijo...

Vuelo Libre: Oleeee toguegooo¡¡¡ como se diría en frances jejeje. Pues sí, creo que es la única muerte (siempre hay escepciones) en que el animal tiene derecho de defenderse, se le da la oportunidad... y bien que la aprovecha a veces... No me gusta que corra la sangre nunca de ningún lado...-pero si hay que morir ... que sea matando- jajaja.
No me gustan los toros por lo desagradable de su muerte pero más sobre todo por lo desagradable de su agonía hasta que lo hace... Pero cuando veo la foto... la imagen de una corrida... me estremece... es puro arte.

Muy bueno, al menos no muere el toro jajaja. A las cino de la tarde... a esa misma hora muero yo muchos días (de lunes a miercoles), como la vida misma.

Anónimo dijo...

Vuelo Libre: Oleeee toguegooo¡¡¡ como se diría en frances jejeje. Pues sí, creo que es la única muerte (siempre hay escepciones) en que el animal tiene derecho de defenderse, se le da la oportunidad... y bien que la aprovecha a veces... No me gusta que corra la sangre nunca de ningún lado...-pero si hay que morir ... que sea matando- jajaja.
No me gustan los toros por lo desagradable de su muerte pero más sobre todo por lo desagradable de su agonía hasta que lo hace... Pero cuando veo la foto... la imagen de una corrida... me estremece... es puro arte.

Muy bueno, al menos no muere el toro jajaja. A las cino de la tarde... a esa misma hora muero yo muchos días (de lunes a miercoles), como la vida misma.

Castigadora dijo...

MOBIUS La verdad que sí!
Saludos.

ELI que gusto que pasaras y te emocionara lo que viste!
Besos

JORDI Parte con ventaja pero las cartas las reparten boca abajo no?
Besos

VUELO LIBRE: Me encantó tu comentario como siempre. Eres una contradicción en ti misma, lo aprecias pero no te gusta. Es una posición interesante.
A las cinco de la tarde mueres tres días a la semana, yo un poquito antes como a las cuatro y algo, tú me entiendes!!
Besos compi loca!!

Cesar Antonio Chumbiauca dijo...

Ha sido una narración muy esmerada. Muchas personas están en contra de las corridas de toros. Jamás he presenciado alguna, pero presiento que ha de ser un espectáculo que no me ha de agradar; sin embargo, el acercamiento a este tipo de eventos, desde su relato, me sumergió en la corrida, aunque forme parte de la ficción. Me ha conmovido. La bestia se impuso.

Danann dijo...

Bonita y triste historia de una fiesta en la que la muerte es la protagonista de uno u otro
;)

Castigadora dijo...

CESAR ANTONIO: Agradezco muchisimo tus palabras. Conmover es algo a lo que todo escritos aspiran! Así que me ilusionaron tus palabras.
Saludos.

DANANN: Es una "fiesta" de la que siempre se sabe el final, pero no de quién.
Saludos