miércoles, 6 de febrero de 2008

UN CAFÉ


Sólo quería un café, no acudía allí, por las pastas que regalaban, ni por la música que suavemente se escapaba de detrás de la barra. No, no iba por la conversación de la camarera, ni por verla moverse entre la máquina del cafe y la plancha. No iba por su risa espontanea, ni por su carita de fresa, no iba por sus manos finas aunque rojas de la lejía, ni por su boca rosa. No iba por su pelo negro y sus ojos de diablesa, no iba por su mirada furtiva cuando se iba, no iba por sus comentarios ácidos, ni por su carita de pena cuando veía en el telediario alguna noticia. No iba por su guasa, ni sus buenos chistes, no iba por su forma de colocarse el pelo tras la oreja, no. No, no iba por ella, sólo quería un café, no iba por ella.

Eso es lo que se repetía cada día cuando se levantaba de la cama pensando en ir a tomar un café, cuando salía del trabajo y cruzaba la calle, para ir a tomar un café, cuando terminaba su jornada de trabajo y volvía a saborar su café. No no iba por ella. Aunque tal vez a ella le gustaba que él estuviera por allí, ¿cuántas veces la había visto observarle?

Cuando regresó al día siguiente ella, ya no estaba allí, no había faltado en dos años un sólo día, pero hoy ella no estaba allí. Imaginó que estaba enferma, pero que más daba, ella no era el motivo por el que él iba al bar. No. A la mañana siguiente tampoco estaba allí, no podía ser. Al tercer día, no pudo aguantarse, y le preguntó al dueño, si le pasaba algo a la camarera que no la veía desde hacía unos días. El dueño lo miró de arriba a bajo y le dió una carta.

- Me dijo que se la diera al hombre que preguntaría por ella. Asi que ese debes ser tú. Y siguió trabajando, sin más.

Querido cliente no se si llegarás a leer esta carta y si mi jefe te la habrá entregado, o si serás tú la persona a la que se la dirijo, por favor si no eres tú devuélvela, es muy importante.

Esta carta va dirigida a un hombre, que se sienta en la barra del bar tres veces al día, desde hace dos años, que me sigue con la mirada y tarda unos 40 minutos en tomarse un café sólo, que es lo que siempre pide. Es un hombre de manos elegantes, de mentón cuadrado, que huele a menta, que conversa conmigo de asuntos intrascendentes mientras me mira con ojos de animal herido, que tiene los ojos negros más profundos que he visto jamás, pero los esconde tras un guiño de indiferencia, aunque no consigue engañarme. Es un hombre callado, pero que de repente puede derretir un tempano de hielo con su sonrisa callada. Si sigues leyendo es que debes ser tú. Sólo te escribo esta carta, porque no podía marcharme sin decirte todo esto.

Ahora me voy. No tengo más tiempo para jugar contigo, con nosotros, entre nosotros. Va a ser difícil no volver a verte, pero se nos pasó el tiempo. Por cierto mi nombre es Isabel, me hubiera gustado saber el tuyo. Un saludo y hasta que nos volvamos a ver.

No podía creer lo que leía, ¡se iba! Pero ¿cómo que se iba, a donde se iba? Espera ¿cuando había pasado a necesitar que no se fuera, cuando había sido ella el motivo de acudir puntual al bar cada día? ¿Cuando se había fijado ella en él? ¿A donde iba?!!!!

Con toda la desesperación de las personas que se ven entre la espada y la pared, corrió hasta el dueño de la cafetería y con una tono de voz una octava por encima del normal, le preguntó si conocía la dirección de Isabel, la camarera. El señor, al ver su inquietud, le dijo que en el contrato de trabajo vendría. Entró en la cocina y salió a los pocos minutos, diciéndole la dirección.

Él salió disparado a la calle, paró un taxí pegando un sólo grito, de tal entidad, que parecía que había logrado parar el tiempo a su alrededor. Todo el mundo se giró y dejó lo que estaba haciendo, para ver que demonios era ese atronador sonido.

Subió al taxi le dió la dirección que acababa de recibir de labios del jefe de Isabel, y rogó para que su partida aun no se hubiera producido. Tardó veintidos minutos exactamente en llegar delante del portal, pagó el taxi sin reparar en la vuelta y corrió al ver que uno de los vecinos salía del edificio. Llamó al ascensor, pero al no abrirse y plegarse inmediatamente a sus deseos, decidió subir los cuatro tramos de escalera a pie. Llegó ante la puerta B, sin aliento, llamó compulsivamente al timbre y justo después se dió cuenta que no había pensado en que le diría cuando abriera y lo viera allí. En ese instante se escuchó tras la puerta el ruido de la mirilla y después el correr de la cerradura.

Abrió la puerta y allí estaba Isabel, sonriéndole, como nunca antes lo había hecho:

- Te estaba esperando.

Pronto descubriría que Isabel sólo estaba de vacaciones en su trabajo, hacía dos años que no se cogía unos días libres y esta vez le pidió a su jefe una semana. Estaba desconcertado, pero ella al intuir lo que rondaba su cabeza, le contó que estaba harta de verlo allí sentado, sin hacer nada, así que había tenido que tomar la iniciativa, no iba a estar toda la vida esperando que se decidiera. Lo dijo y rió escandalosa.

-¿Cómo has podido hacerme esto?

-¿Qué te he hecho? Sólo soy una camarera de bar, que se despedía de su cliente más fiel, ¿o no?

No sabía que responder a eso, estaba claro que no era simplemente una camarera, sus pulmones a punto de explotar daban cuenta de ello. Isabel lo miró, como gata relamida, y él sonrió. Cogió el teléfono y avisó en el trabajo que no iría a trabajar esta tarde, tenía asuntos personales que atender.


Hasta la próxima desconexión!!!

20 comentarios:

sr Miyagi dijo...

Ah jaj Muy bueno, muy bueno! :)

Carlota dijo...

Jo...enganchada, como siempre, me has tenido...qué buena la idea de Isabel...o es de la autora??? jaja...besos.

Jordicine dijo...

Qué bonito, Castigadora. Como suele pasar, no se dio cuenta de que la necesitaba hasta que ya no estaba. Suerte que ella había sido más lista que él, al dejarle una carta. El mundo es de las mujeres. Los hombres somos unos bobos... con problemas de madurez y miedo al compromiso. Un beso.

Castigadora dijo...

MIYAGI: Gracias! POr todo (tu me entiendes) Si esta terminó bien, quería darle un giro al blog después de la última entrada.

Besitos!

CARLOTA: Isabel demostró saber jugar a este juego mejor que él, pero su paciencia tenía un límite, a veces hace falta espolear a alguien, para que se de cuenta de lo que todo el mundo sabe. La idea de Isabel por supuesto, jajaja.

Besos!

JORDI: El mundo es de las mujeres, jaja, muy bueno. Si tenemos que esperar a que él se decida el post aun no se habría acabado no? Ella se arriesgó y ganó. La vida es riesgo!

Besos

Kiri dijo...

Que bueno casti me ha encantado...casi me como la pantalla para no perderme detalle. Aunque por la mitad dije...ay que se va a morir la camarera y me voy a deprimir.........Pero gracias....no!. Es que a los hombres muchas veces hay que hacerles un plano para que lleguen hasta nosotras. Bss. y me ha gustado mucho este post.

Javier Puche dijo...

Bonita historia, Castigadora. Lo mejor del amor son sus preámbulos.
Un beso

Castigadora dijo...

KIRI: Jaja, veo que os tengo mal acostumbrados con los finales tristes! Si es cierto que a veces necesitan un mapa, o una brújula o algo, porque se pierden mucho antes de encontrar la X que marca el lugar.

Besos!

HERMAN: Totalmente de acuerdo contigo, los preámbulos y si me apuras el 1º mes son lo mejor.

Besos!

Miguelo dijo...

jajajaja muy bueno.

pd: luego me bajere a echar un cafe

un beso

Paco Becerro dijo...

Si que necesitamos el plano muchas veces, CASTIGADORA. Me ha encantado este café.

(Y de paso te conozco, y te devuelvo la cortés visita...)

Anónimo dijo...

Me resulta más sencillo transmitir mis emociones a través de alguna fotografía, tu optas, y lo haces muy bien, por la palabras....

saludos

Castigadora dijo...

MIGUEL: Al menos pregúntale el nombre a la camarera, jaja.

Besos!

FUTURO BLOGUERO: Gracias por pasarte. ¿Un mapa? si a veces si.

Besos!

KPAX: Gracias! Para transmitir con una imagen y que los demás sepan a lo que te refieres es un don. Hacer fotos y captar momentos, emociones, sentimientos, es muy dificil! Tiene mucho mérito.

BEsos!

Meri dijo...

Todo el mundo sabe que siempre merece la pena arriesgar a estar toda la vida esperando sin que ocurra nada y pasarse despues la vida preguntandose que hubiera ocurrido si.........solo que no todo el mundo tiene el valor de enfrentarse a sus deseos..

Muak

Tristancio dijo...

Acostumbrado como estoy a las historias de desamor, y adicto como soy a los finales tristes, me engolosinaba ya con un desencuentro más, por eso de la tontería humana... Pero no, me has regalado un final feliz, y te lo agradezco. Tal vez, los finales felices me agraden más de lo que creo. Bonita y bien contada historia.

(Gracias por pasarte por mi territorio, por tus palabras, y por enseñarme el camino a tu casa).

Abrazo.-

Marta dijo...

Si vamos a estar esperando por ellos....
jajaja
Sencillamente, me encantó !!

Mandarina azul dijo...

Niña, después de dos años es la jugarreta más inocente que Isabel pudo haberle hecho... jaja.
La de oportunidades perdidas por la falta de iniciativa, de empujoncito, que puede haber, eh...

¡Bravo por los asuntos personales por atender y que no pueden esperar! ;)

Un beso, Casti.

Anónimo dijo...

Las admiraciones e interrogaciones, se abren y se cierran, no somos sajones para escribir solo la de al final. Es:

¡ ! y ¿ ?

el_iluso_careta dijo...

exquisito, majestuoso...
describís situaciones de una manera maravillosa...
es tan excelente el post....como pelotudo el comentario anterior

Castigadora dijo...

MERI: Que cierto es lo que dices y por eso mismo que triste.

Besos!

TRISTANCIO: Gracias por pasarte. Yo también soy aficionada a los finales tristes, pero quería reagalarles a los que me leen una pizca de alegría, jaja.

Un saludo.

MARTA: Jaja, si es mejor que nadie espere por nadie, mejor acompañarse que seguirse, o no?

Saludos! y Bienvenida a mi casa.

MANDA: Que menos que dedicarle su tiempo a esa mujer que lo esperó durante dos años y le enseñó a conocerse a sí mismo.

Besosss.

ORTOGRAFIA: Gracias por pasarte, intento tener cuidado con esas cosas pero se me pasan. Tampoco le veo el menor problema, se entiende no? De todas maneras agradezco tu comentario.

Un saludo.

ILUSO: Gracias por tus palabras y por tu apoyo. Me ha gustado.

Besossss

eSadElBlOg dijo...

ja ja Isabel apostó fuerte, que más de uno se hubiera resignado a no verla más.

Castigadora dijo...

ESAVELBLOG Cuanto tiempo! Si Isabel debió ver algo bueno en él sino no habría hecho lo que hizo, simplemente lo observó hasta comprender si podría o no apostar por esa relación

Besos, encantada de verte de nuevo!