El no tenerle cerca me impide respirar, siento que toda la pena se me aferra al pecho y se cierra, sin que el aire pueda entrar. A veces pienso que no podré lograrlo y otras que no quiero lograrlo, no quiero vivir si él no compartirá mi vida, no quiero felicidad sino es junto a él, no quiero criar a mi hijo sola, no puedo de verdad que no, quisiera ser más fuerte pero no encuentro la manera de hacerlo.
Aun oigo su voz en mis oídos, y casi puedo sentirlo junto a mí, pero cuando se va y vuelvo a perderlo, sé que no podré hacerlo, sé que no quiero hacerlo, que sería más fácil dejarme llevar, que nadie podrá sustituirlo, que no quiero sustituirlo. Que cada vez que miro atrás y recuerdo los planes que teníamos, las ilusiones que nos sacudían, me siento morir, pero no muero, me siento triste pero no lloro, me siento sola estando con los míos, me siento vacía y engañada por el destino, me siento muerta pero tengo pulso. No quiero, no puedo, nadie puede entenderlo, me lo arrebataron antes de tiempo, me lo arrancaron de mi lado sin avisar, no pude despedirme, no pude decirle que era lo único importante en mi vida, no pude y ya jamás podré.
Me angustia, llevo semanas sin dormir, no me acostumbro al vacío de mi cama. Mis sabanas han perdido el olor a su piel, me faltan sus susurros en mi odio, su aliento sobre mí. No puedo, no quiero, no podré, ni por mi hijo, ni por nadie, no lo podré superar, le quiero, no le quería, sino que aun le quiero y la fría muerte no ha helado mi amor por él.
Sueño que se levanta de su tumba, que regresa junto a mi, que vivimos los días que planeamos, que me ayuda a criar al bebé. Sueño y despierto y vuelvo a caer de rodillas junto a la cama dando arcadas por el dolor que atenaza mis entrañas. Vomito de rabia, de desconsuelo, de ira, de amor. Se me calma el corazón y vuelvo a la cama, vacía, sin su olor, sin él, sin sueño, sin deseo, sin esperanzas, sin querer volver. Vuelvo y me engaño, cierro los ojos y pienso que duerme a mi lado, que está junto a mí en la tienda de bebés, que me aprieta de la mano cuando estoy llorando frente al espejo del baño. Me engaño, pero no puedo engañar el dolor. El dolor, siempre lacerante, me aguarda en cada rincón de casa, en cada suscripción a la revista que aun no anulé, en cada fotografía colgada en el salón, en cada amigo que llama preguntando por él, en cada patada de mi hijo, de nuestro hijo, dentro de mí, que me hace recordar cuanto lo quise, y cuanto lo querré siempre. No quiero, no puedo, no quiero, no lo superaré. Lo hecho tanto de menos que creo que me ahogo por dentro, que grito sin parar desde mi interior y nadie lo oye, que nadie puede oírlo. Necesito sus abrazos, sus caricias su forma de calmarme, sus ojos mirándome cuando está preocupado por mi, sus manos sosteniéndome, su boca rozándome. Lo necesito, lo necesito y no lo volveré a tener. Lo necesito.
Aun oigo su voz en mis oídos, y casi puedo sentirlo junto a mí, pero cuando se va y vuelvo a perderlo, sé que no podré hacerlo, sé que no quiero hacerlo, que sería más fácil dejarme llevar, que nadie podrá sustituirlo, que no quiero sustituirlo. Que cada vez que miro atrás y recuerdo los planes que teníamos, las ilusiones que nos sacudían, me siento morir, pero no muero, me siento triste pero no lloro, me siento sola estando con los míos, me siento vacía y engañada por el destino, me siento muerta pero tengo pulso. No quiero, no puedo, nadie puede entenderlo, me lo arrebataron antes de tiempo, me lo arrancaron de mi lado sin avisar, no pude despedirme, no pude decirle que era lo único importante en mi vida, no pude y ya jamás podré.
Me angustia, llevo semanas sin dormir, no me acostumbro al vacío de mi cama. Mis sabanas han perdido el olor a su piel, me faltan sus susurros en mi odio, su aliento sobre mí. No puedo, no quiero, no podré, ni por mi hijo, ni por nadie, no lo podré superar, le quiero, no le quería, sino que aun le quiero y la fría muerte no ha helado mi amor por él.
Sueño que se levanta de su tumba, que regresa junto a mi, que vivimos los días que planeamos, que me ayuda a criar al bebé. Sueño y despierto y vuelvo a caer de rodillas junto a la cama dando arcadas por el dolor que atenaza mis entrañas. Vomito de rabia, de desconsuelo, de ira, de amor. Se me calma el corazón y vuelvo a la cama, vacía, sin su olor, sin él, sin sueño, sin deseo, sin esperanzas, sin querer volver. Vuelvo y me engaño, cierro los ojos y pienso que duerme a mi lado, que está junto a mí en la tienda de bebés, que me aprieta de la mano cuando estoy llorando frente al espejo del baño. Me engaño, pero no puedo engañar el dolor. El dolor, siempre lacerante, me aguarda en cada rincón de casa, en cada suscripción a la revista que aun no anulé, en cada fotografía colgada en el salón, en cada amigo que llama preguntando por él, en cada patada de mi hijo, de nuestro hijo, dentro de mí, que me hace recordar cuanto lo quise, y cuanto lo querré siempre. No quiero, no puedo, no quiero, no lo superaré. Lo hecho tanto de menos que creo que me ahogo por dentro, que grito sin parar desde mi interior y nadie lo oye, que nadie puede oírlo. Necesito sus abrazos, sus caricias su forma de calmarme, sus ojos mirándome cuando está preocupado por mi, sus manos sosteniéndome, su boca rozándome. Lo necesito, lo necesito y no lo volveré a tener. Lo necesito.
Hasta la próxima desconexión!!!!!
25 comentarios:
Lucha infructuosa cuando es ella quien nos los arrebata. Un relato desgarrador. Un beso.
nada que hacer, solo le diría que piense en la nueva vida y en el nuevo amor que ya crece.
no se como lo haces pero todos tus relatos son intensos y profundos.
un beso
CARLOTA: Contra ella nadie puede ganar la batalla, ni siquiera el amor.
Besos
ESADELBLOG: Creo que ese consuelo es lo que le espera cuando se acostumbre a la perdida.
Besos
MIGUELO: Siempre tan grato leerte. Sólo son sensaciones que pongo en palabras. Lo intento al menos. Muchas gracias
Besos
El amor más allá de la muerte es posible, aunque sea doloroso. En nuestro interior todo puede ser inmortal.
Estupendo escrito. Besos
Escribes como un ángel doliente. Conmovedor y desgarrador. De profundis... Tu cama te llevará por largos senderos de sueños. Vuelve a merodear cuando lo desees, te estaré esperando :)
Besos.
Podemos ganar en el día a día. Ahí es donde hay que encontrar la victoria y el consuelo. Después... ya veremos.
Ya te dije el otro día que te estás aficionando a los finales durillos. Ja ja ja. Pero me gustan, como no. Creo que he vis un 'desgarrador' al que me apunto. Besos.
MÖBIUS: Si todo es inmortal en nuestro interior ¿también lo es el dolor?
Un abrazo
CAMILLE: Un ángel doliente, que va! Creo que te has pasado. Pero me encantó verte de nuevo por aquí
Besos
ÑOCO: Eso es cierto, sólo el día a día, el vivir para cada momento sin mirar al horizonte lejano, puede suponer nuestra victoria sobre el dolor
Muchos besos
JORDI: Si es que lo mio son los finales tristes ya lo advertí sólo que os había dado un poco de margen para que no salierais todos deprimidos de aquí, pero prometo que intentaré que el próximo sea más "positivo"? jaja lo intentaré
Besosssssss
La muerte siempre es incomprensible. Y no hay consuelo.
Dentro de un tiempo, cuando el duelo cumpla su ciclo, vas a descubrir que sos más fuerte de lo que imaginás.
Te abrazo.
La vida no tiene por que ser siempre de color de rosa no? de hecho depende de nosotros lo rosa que sea.
un abrazo.
Las mujeres no escarmentáis, seguis siendo masoquistas. Y los hombres somos aún peores. Ergo, la cosa no tiene ni tendrá remedio. Voy a avergonzarme un rato, pero poco...
Saludos.
yo no creo que se supere una perdida, quizas el dolor con el tiempo se calme, la vida te invita a seguir (solo es una sospecha).
Las pérdidas son dolores que siempre llevaremos en el alma. Pero la vida continua y aprendemos a vivir con ellas.
Son parte de nuestra naturaleza y forman parte de la identidad de cada ser.
Que triste historia! Realmente le temo a una situación como esa. Admiro mucho a las personas que se sobreponen de semejantes circunstancias. Las reconozco como seres admirables, conocedores de una parte inalcanzable para quienes no vivieron situaciones tan angustiosas.
Creo que debemos vivir cada instante con mucha intensidad y amar mucho, todo lo que se pueda porque la vida dura solo cuatro días (dice Calamaro) y no sabemos si llegaremos al final.
cariños castigadora
A tus pies, castigadora. A medida que leía la angustia crecía y, sin embargo, no podía para y deseaba que no acabara. Fantástico
ARCANGEL: No hay mayor desconsuelo que la muerte. Dicen que da paz a los que se lleva y desesperación a los que se quedan.
Un abrazo
KPAX: Como diría un amigo, ¿rosa? yo lo veo todo color de negro, jajaja. Depende mucho de nosotros es cierto pero hay cosas que no podemos controlar
Besos
PERISTILLO: No creo que este sentimiento sea de los calificables entre hombres y mujeres, son pasiones y sensaciones humanas, No creo en el masoquismo es muy cansino
No te flageles mucho
CECYDECECY: Según me decían siempre: el hombre es el animal con peor memoría, sino ningún padre podría sobrevivir a la perdida de un hijo. Con el paso del tiempo la perdida sigue, pero el dolor mengua, y se pierden los contornos de los que se van, al menos eso creo
Besoss
FLOR: Si que debemos vivir la vida, no porque sean cuatro días, que también, sino porque es la única que tenemos y de la que podemos disfrutar. Dejemos huella de nosotros en los demás y seremos eternos.
Besos cariñosos
MERCUCIO: Bienvenido a mis pequeñas historias. Me encantó tu nombre muy "shakespeariano".
Tus palabras son exactamente lo que pretendía cuando escribí esta historia, que se notara como puede llegar uno a sentir dolor, que se transforme en ira y luego en agustia, y que no hay vuelta atrás hasta que tocas fondo, para tomar impulso y seguir adelante, pasito a paso
Un beso, pasa cuando quieras, y levantate hombre que tampoco es para tanto, jaja.
La muerte nos zarandea cuando se pasea cerca de nuestros sentimientos.
Un beso,
Espero que no sea autobiográfico
:'(
Cruel guadaña que arrebata -al azar- lo ajeno, cual diosa caprichosa...
LUNA: Más que zarandearnos, nos golpea no crees? Al menos eso le pasaba a ella, la golpeó y no podía volver a levantarse
Besos
ELENABERENICE: No, no es autobiográfico, con mi afición por los finales trágicos mi vida sería un tormento, jajaja.
La muerte es una diosa caprichosa, creo que es una gran verdad.
Besos
Desgarrador lamento.
Espero que sea ficticio.
Besos luminosos.
Desgarrador lamento.
Espero que sea ficticio.
Besos luminosos.
HERMAN: Es ficticio al menos en lo que a mi se refiere, pero no es ficticio para otra gente, que circula a nuestro alrededor. Espero que ellos aprendan como seguir adelante
Besos y cariño
Diría precioso el relato si no fuera dura la historia. Por suerte es eso, una historia que sino...se me oxida el triciclo de llorar y de llorar:-). Yo creo que el amor no muere y que algún día aprenderé a hacer lo que dicen "vive este día como si fuera el último...". Besos guapa.
KIRI: Engrasa ese triciclo que no sepa yo que se oxida por nada. El amor no muere pero si mueren los momentos por compartir, puede que eso sea aun peor
Besos
Si todo es inmortal en nuestro interior ¿también lo es el dolor?
Lo que dices amiga si existe, dificil situacion pero sobre todo cuando no puedes despedirte de esa persona, por eso hay que disfrutar de todos los momentos que puedas compartir con tus seres queridos.
Gracias chingu, me encantó tu relato.
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